Domingo 28 de febrero de 2021, p. 6
La guionista y directora española laureada con dos premios Goya Ángeles González-Sinde se dio a conocer en España a mediados de los 90 con la serie de televisión La casa de los líos y su papel como directora –en 2003– de La suerte dormida, le valió el reconocimiento internacional. Lo que pocos saben es que Ángeles también disfruta escribir novelas.
En 2013 resultó finalista del 52 premio Planeta por El buen hijo y en 2021 llegó a México su reciente trabajo publicado: Después de Kim (Duomo Ediciones).
–Ángeles, ¿cómo has vivido la tarea de escribir para el cine y la televisión?
–Son un esfuerzo en el que se ven involucradas muchas personas y eso es muy atractivo porque es una escritura que se transforma. Es algo que piensas y luego los demás van enriqueciendo tu trabajo con una capa única de significados; entonces el guion se convierte en algo colectivo.
– ¿Y la escritura de una novela?
No es más difícil que escribir un guion, pero sí más libre. Hacer literatura es, en el fondo, escribir para ti mismo, para descubrir cosas de ti mismo y de tu entorno, del mundo que habitas.
–Después de Kim va más allá de lo cotidiano y aborda distintos temas, como las relaciones humanas: cómo desaparecen y aparecen. Por un lado es la historia de una pareja que lleva varios años separada y de repente se enteran de que su hija ha muerto. ¿Cómo nació la idea de esta historia?
–Me inspiró un hecho real, una noticia que leí en el periódico, en el lugar donde pasé el verano con mi familia. Una extranjera había aparecido en el jardín de una casa de verano, en aquel momento me impactó muchísimo y pensé: ‘¿cómo recibirían la noticia sus familiares?’ Si ellos nunca habían estado en España, cómo tendría que ser para ellos hacer este viaje y convivir con ese espacio, donde ya no vive la persona que quieren.
–Platícanos del manejo de tiempos en la novela. Está escrita en presente, pero hace continuos viajes al pasado para explicar el contexto.
–En la novela es muy importante el manejo de tiempos: el pasado, para contar los recuerdos del matrimonio fallido, y el presente, interesante para todos aquellos aficionados al relato del crimen.
Curiosidad por el tiempo
–¿Tienes una curiosidad particular por el tiempo?
Sí. Desde niña no he entendido muy bien eso del tiempo. Nada me puede dar más envidia que esa película cuando Superman logra que el tiempo dé marcha atrás, haciendo girar la Tierra en sentido contrario, ¡es increíble! Puede dar unas vueltas alrededor del mundo y modificar decisiones y hechos.
–Después de Kim presenta otros temas importantes que hace tiempo no formaban parte del discurso literario: los feminicidios.
–Parece que hoy la literatura es un gran descubrimiento como herramienta para hablar de temas cotidianos o cosas que durante siglos han estado ahí, pero hacia los que asumíamos una actitud muy pasiva. Pasábamos por ellas sin criticar, sin enjuiciar.
La violencia hacia la mujer es un ejemplo, la mirábamos como algo inevitable.
–¿Hablas de la literatura con un compromiso social?
–Depende de los hombres y las mujeres. Es verdad que, luego de que hablábamos de la violencia de género, el caldero de historias e ideas que aporta una mirada de historias desde lo femenino y hacia lo femenino está menos explorado. Entonces, al estar menos explorado y al estar menos presente en la narrativa, da lugar a que haya otros puntos de vista, otras maneras de mirar que pueden tener una similitud.
–Mencionas a las mujeres en la literatura…
–Allí hay un tema que tiene que ver con la desigualdad. Sólo en los últimos 50 años ha habido un número importante de mujeres que pueden ganarse la vida escribiendo y que puedan tener una autonomía para reservar tiempo y dedicarlo para la escritura.
Desde su casa en España, donde ha pasado toda la cuarentena, Ángeles González se muestra encantada y confiesa que Después de Kim es una novela que escribió intermitentemente mientras hacia otros trabajos; es compleja por el tema que trata y por su estructura, más que tardar en escribirla, “lo que me consumió más fue corregirla y rescribirla varias veces, ¡la corregí al menos 10 veces!
, señala con los ojos encendidos de emoción.
La ex ministra de Cultura de España transmite una sencillez y una transparencia que es fácil identificar en su novela, un emotivo relato sobre las decisiones equivocadas, el desamor, la redención y las segundas oportunidades.