Familiares de integrantes del cártel Sinaloa (igual que miembros de otras organizaciones delictivas) obtuvieron registros de patente con los cuales los nombres o apodos de narcotraficantes ya no pueden ser mencionados con fines de comercialización o difusión gubernamental sin que por ello puedan exigir una indemnización o pago.

La Jornada obtuvo información de algunos registros de propiedad relacionados con líderes de organizaciones dedicadas al narcotráfico.

Además de que familiares de líderes criminales han pedido el registro de nombres o apodos como marcas, se han presentado casos en que delincuentes han obtenido suspensiones de amparo que impedían a la extinta Procuraduría General de la República difundir imágenes, boletines de prensa o cualquier información relativa a sus casos e imputaciones, asegurando que ello afectaba su fama pública.

Funcionarios del gabinete de seguridad señalaron que ante el hecho de que las detenciones y presentaciones públicas de decenas de líderes criminales terminaron convirtiendo a delincuentes en modelos sociales, dignos de imitación y luego en personajes de series o de películas generadoras de ingresos hasta para sus familiares, amigos y operadores, se determinó no fortalecer mediáticamente a ninguno y por eso no se ha convertido cada una de esas aprehensiones en un asunto para conferencias de prensa.

Señalaron que esta situación llegó al grado de que la mayoría tiene registrado su nombre como propiedad intelectual, propiedad comercial y si ahora alguien hace uso mercantil de su nombre, pues tiene que pagarle por la mención.

De acuerdo con los registros obtenidos, entre los ejemplos de estas denominaciones, está la marca El Chapo, de la cual se han solicitado 15 expedientes y cuya titular es Gisselle Guzmán Salazar, hija de Joaquín El Chapo Guzmán, y hermana de Alfredo e Iván, dos de los actuales líderes de una facción del cártel de Sinaloa. De esos 15 registros cinco se encuentran activos y 10, pendientes de concluir su trámite.

Desde marzo de 2017 existe la marca El Chapo Guzmán Joaquín Guzmán Loera, registro efectuado en Estados Unidos y propiedad de una empresa denominada El Chapo Guzmán JG, sin que existan datos de socios o propietarios.

Otro registro pendiente, es El Chapo 701, que presuntamente fue solicitado por Alejandrina Guzmán en enero de 2019, y a pesar de que aún no se encuentra completado el trámite, en febrero pasado se lanzó al mercado un tequila de esta marca, y se ha comercializado una línea de ropa, accesorios y cerveza. Según fuentes gubernamentales los derechos de esta marca fueron cedidos por Alejandrina a un empresario jalisciense.

Asimismo, se registró la marca Rafael Caro Quintero, por Diana Espinosa Aguilar, identificada por autoridades de México y Estados Unidos como pareja sentimental del ex líder del cártel de Guadalajara entre 2008 y 2013, cuando el capo estuvo preso en el Cefereso 2, en Puente Grande, Jalisco.

Se han solicitado registros como el de Cártel de Sinaloa, marca solicitada en marzo de 2008 por José Rodrigo Aréchiga Gamboa, El Chino Ántrax, asesinado el 16 de mayo de este año, y considerado uno de los principales operadores de Ismael El Mayo Zambada, líder del cártel de Sinaloa.