Domingo 11 de octubre de 2020, p. 6
Las afectaciones económicas causadas por la pandemia de Covid-19 alcanzaron al sector artesanal, por lo que un taller de papel picado en Xochimilco busca superar la crisis y reactivar sus ingresos con la festividad del Día de Muertos.
En los altares de difuntos, además de flores, comida y calaveras, hay papel picado, el cual es parte fundamental de esta tradición, reconocida como parte de la identidad mexicana que adorna las calles y las ofrendas de las familias.
Para la familia Torres Alfaro, artesanos de papel picado en la alcaldía Xochimilco, superar esta crisis es primordial, así como conservar la tradición familiar que por más de tres generaciones ha perforado papel de china con sus diseños y colores para altares y hogares mexicanos. “El papel picado es fundamental para el Día de Muertos porque forma parte de los cuatro elementos en las ofrendas. La tierra es la comida, el agua está presente en un vaso, el fuego son las velas y el aire se representa con el movimiento del papel picado.
Este último elemento nuestros antepasados lo utilizaban para llegar al Mictlán, porque en el inframundo tenían que pasar las almas por unas montañas que se cerraban y ahí podían quedar atrapadas. Para que esto no sucediera, nuestros antepasados utilizaban papel amate recortado y lo aventaban; con el movimiento del papel, los muros de las montañas se cerraban y al momento en que se empezaba abrir, las almas aprovechaban para cruzar el inframundo
, narra Yuridia Torres sobre lo que representa su trabajo artesanal, al tiempo que diseña y pica figuras de papel.
En los 32 años del taller de la familia Torres, sólo el Covid-19 logró silenciar los martillazos sobre los cinceles y punzones que dan vida a los diseños sobre papel para los festejos de Día de Muertos, celebraciones particulares, fiestas patrias, Navidad y diversas actividades sociales.
Para enfrentar la pandemia fue necesario recortar la mitad de su personal y elaborar cubrebocas para venderlos en lugar de papel picado.
Con el semáforo sanitario en naranja en la Ciudad de México y el regreso a la llamada nueva normalidad, también regresaron los sonidos de los martillos que no sólo dan vida al papel picado, también a la economía de este sector artesanal.