Usuarios del transporte público que utilizan la avenida Ignacio Zaragoza, a la altura de la colonia Juan Escutia, en Iztapalapa, dividieron opiniones acerca de hacer justicia por propia mano en contra de los delincuentes que abordan autobuses y combis para asaltar.

A pesar de que la mayoría de los entrevistados dijo ser víctima de atracos con violencia y arma de fuego, señalaron que los policías están para realizar labores de vigilancia, pero cuando ocurren los asaltos brillan por su ausencia.

Luego que hace días se hizo viral un video de la golpiza que varios pasajeros propinaron a un delincuente que subió a una combi para robar en la carretera federal México-Texcoco, ayer, usuarios del transporte público fueron entrevistados durante el operativo Pasajero Seguro que realizan policías capitalinos.

Tras mostrar a un elemento policiaco lo que llevaba en su mochila y permitir una revisión física, Marlon dijo: A mi hermana le tocó que la asaltaran la semana pasada, pues ya es el temor que todos tenemos, por lo que consideró que si es necesario, los pasajeros actúen en contra de los delincuentes.

Gustavo Martínez, usuario de la ruta que va de San Miguel Teotongo a la estación Aeropuerto del Metro, dijo que ha sido asaltado al menos en seis ocasiones, y manifestó que los policías “deberían perder el miedo a los delincuentes y no estarnos revisando a nosotros, porque ellos saben en qué momento suben a asaltar, en qué puntos, cuáles son los focos rojos y no hacen nada; al contrario, se hacen de la vista chica”.

Los focos rojos señalados por los entrevistados son las inmediaciones de las zonas de Cárcel de Mujeres y Santa Martha Acatitla, donde no hay presencia policiaca.

Las mismas ubicaciones fueron referidas por el chofer de una combi, quien mencionó que la policía sabe dónde se suben y quiénes son los ratas, pero ahí siguen los delincuentes.

Sin embargo, Alberto Córdoba dijo que está muy mal que los usuarios del transporte traten de hacer justicia por propia mano, pero admitió que no se ve mucha acción (de la policía) hasta que pasa algo.

Alejandro Rosete, a quien le han robado desde el celular, dinero y hasta el medicamento que toma para controlar sus ataques de epilepsia, confesó que a lo mejor no está bien que tome uno (la justicia) en sus propias manos, pero si nadie nos defiende, si hay una ley que permite al criminal entrar a la cárcel, salir y burlarse, entonces llega el momento en que uno dice como pasajero ¿qué vamos a hacer?

Indicó que ya estamos cansados de que nos roben, tras pronunciarse a favor de que en los operativos intervengan mujeres policías que revisen a pasajeras, que también suben, en ocasiones, a delinquir.