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Pandemia
Me siento más seguro en el hospital que en el Metro; ahí la gente no se cuida: enfermero

Hay muchas personas que siguen viviendo en la ignorancia total, lamenta el trabajador de la unidad temporal Citibanamex

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▲ Personal médico con traje protector en el módulo de pruebas gratuitas en un parque de la Ciudad de México.Foto Xinhua
 
Periódico La Jornada
Domingo 2 de agosto de 2020, p. 7

Desde abril, cuando dejó el servicio de ambulancias privadas y en atención a una convocatoria fue reclutado en el área de terapia intensiva para pacientes con Covid-19, Érick Cuevas Prado, como otros miles de trabajadores de la salud, ha hecho frente a una pandemia que no remite. Y aquello que ha visto y vivido estos meses no le permiten dudar sobre dónde encontrar las principales causas: Le he dicho a mi familia: me siento más seguro en el hospital que cuando vengo en el Metro a mi casa; es increíble que la gente no se proteja, no se cuide.

Iniciador de la Unidad Temporal Covid-19 Citibanamex, instalada por el gobierno de la Ciudad de México e instancias privadas para enfermos con síntomas leves o en convalecencia, este licenciado en enfermería y paramédico de 31 años recoge otra evidencia cotidiana: de un mes para acá, cuando empezó a abrirse la economía y la gente ha salido más a la calle, se han elevado las cifras de pacientes y hoy quienes llegan a cuidados intensivos tardan más en salir.

Érick Cuevas, que cubre veladas de 12 horas, ha sido testigo de cómo el hospital fue abriéndose por cubículos a partir de las necesidades de desfogue del resto del sistema hospitalario capitalino, incluidos los módulos de terapia intensiva, y éstos han pasado de ocho camas originales a 20 en estos momentos.

Como se planeó en el origen, al hospital de Citibanamex llegan en ambulancia enfermos que, según los diagnósticos, han vencido las etapas críticas en los institutos de Enfermedades Respiratorias, de Nutrición Salvador Zubirán, La Raza y otros nosocomios.

Esos pacientes ya estuvieron en otras unidades, y cuando ven que ha pasado la gravedad y pueden ocupar esas camas para otros, los envían con nosotros a terminar su recuperación, como ocurre también con el hospital instalado en el autódromo.

¿Por qué en esas circunstancias se instaló e incluso se ha ampliado ahí el servicio de terapia intensiva? En respuesta, lamenta (aunque no sucede en todos los casos) que hay muchos pacientes reacios a cumplir las indicaciones de los médicos. Pese a su hospitalización y el resultado de las pruebas aún creen padecer sólo una pulmonía cualquiera y al sentirse mejor no toman sus medicamentos. Y es cuando recaen.

La comunicación de la red hospitalaria capitalina es fundamental para el envío de los pacientes a este centro. Ahí, además, todas las camas de terapia intensiva están adaptadas con monitor, ventiladores mecánicos y todo lo necesario para la intubación.

“Entran a hospitalización, pero si alguien en terapia intensiva se agrava y no tenemos el material necesario –pues claramente no es un nosocomio de tercer nivel y no dispone de quirófanos para cirugías de urgencia–, inmediatamente empieza la búsqueda de (un sitio) a dónde enviarlo. Se trata de casos en que los pulmones colapsan o empiezan a derramar líquido pulmonar, necesitan de mayor intervención y son llevados en ambulancia a otras clínicas”.

En Cuevas Pardo hay un dejo de orgullo cuando detalla su labor y condiciones de trabajo (disposición de equipo suficiente y profesional todo el tiempo), pero en medio de esto lo asalta de nuevo cierta desazón: Hay mucha gente que en verdad sigue viviendo en la ignorancia total. Lee y cree cualquier cosa que aparece en Facebook, como aquello de que los termómetros te matan las neuronas o que mandan a la gente a los hospitales con la deliberada intención de que muera, y al tener poco conocimiento, esas cosas se van corriendo y se agrava esta situación. Creo en verdad que hasta que no haya la vacuna, vamos a seguir en la misma...