Martes 16 de junio de 2020, p. a11
París. Lamine Diack no supo explicar a los jueces franceses la acumulación de poder de su hijo Papa Massata en la IAAF (federación de atletismo ahora World Athletics) y sus oscuros negocios, en una nueva jornada del juicio por corrupción contra el ex mandatario y otros directivos.
El presidente de la IAAF de 1999 a 2015 respondió con titubeos al ser preguntado por los jueces sobre las actividades de su hijo, quien era el responsable de mercadotecnia y que no comparece por estar refugiado en Senegal, su país natal.
Papa Massata Diack se encuentra en el centro de las sospechas por corrupción con el trasfondo del dopaje ruso y por el desvío de millones de euros de los patrocinadores.
Padre e hijo son acusados de retrasar sanciones contra atletas sospechosos de doparse, para obtener la ayuda de Moscú en la renovación de los contratos de patrocinio y de televisión con el banco estatal ruso VTB y la cadena RTR, así como también de recibir fondos para financiar campañas políticas en Senegal.
Lamine Diack comparece además por abuso de confianza, al sospecharse que permitió a su hijo, juzgado también por encubrimiento, apropiarse de varios millones de euros en las negociaciones con los patrocinadores, imponiendo sus empresas como intermediarias o cobrando comisiones exorbitantes
, de alrededor de 20 por ciento, aun cuando recibía un salario diario de 900 dólares (que después se aumentó a mil 200) por la IAAF.
En el tribunal, el ex presidente se mostró sorprendido al conocer que VTB había pagado casi 33 millones de dólares por patrocinios de 2007 a 2011 y que la federación sólo había percibido 21.5 millones. El resto fue a parar a una sociedad propiedad de su hijo, conocido como PMD.