oncluyamos esta serie de comentarios sobre la marcha de la economía con la presentación de los datos reales de los llamados retiros de electricidad de las zonas de carga del país
. Son los datos más recientes del Centro Nacional de Control de Energía (Cenace).
Se trata de 108 registros diarios del consumo o retiro horario real
de electricidad. Se publican un par de semanas después. ¿Por qué si la medición del fluido eléctrico es instantánea? Por las normas derivadas de las bases del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM), en las que no sólo se hace el balance físico de energía eléctrica entregada y retirada de las redes nacionales de transmisión y de las redes generales de distribución, sino también de otros servicios conexos que se prestan cotidianamente en el complicado MEM.
Asimismo, se dan a conocer las famosas pérdidas eléctricas que se desprenden de ese balance, aunque en ese dato de pérdidas aún no se logra diferenciar si son de carácter técnico o no, es decir, –y en este último caso– derivadas de usos ilícitos. Éstos se descubren una vez que las empresas de suministro –básico o calificado– facturan los consumos medidos de todos y cada uno de sus usuarios. Pues bien, recordemos que hay no menos de 132 folios de registros en las liquidaciones que por norma realiza el Cenace y que son liquidaciones que involucran facturas –abonos y cargos– que llegan a revisarse varias veces.
Se trata de unos de los datos más relevantes del funcionamiento eléctrico en el país. Sin duda. Pues bien, al 31 de mayo, y luego de 63 días de registros (última semana de marzo a última semana de mayo), se confirma que el descenso en el consumo nacional de la electricidad que se inyecta y se retira de las redes prácticamente descendió 10 por ciento. Ahora bien, un dato fundamental a observar –como ya indican también los informes oficiales de facturación y cobranza a mayo– es el del incremento en más de 10 por ciento en promedio del servicio doméstico en los meses de abril y mayo, efecto inmediato del confinamiento.
Hay zonas cálidas del país en las que el consumo de las viviendas se incrementó hasta 15 por ciento. Y en algunas muy cálidas el aumento en el consumo de electricidad en las viviendas alcanzó hasta 66 por ciento. Es interesante notar que el consumo de electricidad en riego agrícola también se elevó. Pero el industrial sí cayó en abril y se desplomó en mayo. En la mediana empresa menos 5 y menos 27 por ciento. Y en las muy grandes industrias menos siete y menos 29 por ciento, también respectivamente. Los pequeños comercios, servicios y talleres disminuyeron su consumo en menos 5 por ciento en abril y menos 16 por ciento en mayo.
El efecto conjunto de facturación muestra caída de menos 5 por ciento en abril y menos 25 en mayo. Con las alzas en el consumo residencial y agrícola, el descenso de los dos meses de pandemia es el señalado, alrededor de 10 por ciento. Ahora bien, al analizar los sectores que suben y los que bajan podríamos concluir que la caída económica que se muestra en dicho consumo en el primer semestre de 2020 sería próxima a 6 por ciento. Pero… ya veremos los datos oficiales del producto interno bruto a junio.
Sin duda.
NB. En memoria de René Fierro Hicks, gran ingeniero, gran maestro, gran amigo. Uno de los creadores del prestigiado Programa de Inversiones del Sector Eléctrico (Poise).
Abrazo fraterno a su familia.