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Desempleados por la pandemia, obligados a volverse emprendedores
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▲ Antonio usó su creatividad para producir sus llaves anticontagio, que ya logró vender.Foto Yazmín Ortega Cortés
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▲ Cubrebocas de todo tipo y artículos preventivos se ofrecen en las calles y redes sociales.Foto José Luis Castillo
 
Periódico La Jornada
Domingo 14 de junio de 2020, p. 25

Llaves anticontagio, micas protectoras para automóviles de alquiler y tapetes desinfectantes son algunos artículos nuevos que se han sumado a la ya extendida venta de cubrebocas, mascarillas, gafas y gel antibacterial como forma de protección ante el Covid-19 y cuyos negocios se iniciaron, en muchos casos, a partir de la necesidad de tener un ingreso, pero que con el retorno gradual, y en algunos casos por su uso obligado, fueron decisiones rentables.

Antonio Ramírez Reyes es propietario de la empresa Calavera Display & Graphics, dedicada a la fabricación de pantallas para campañas publicitarias en locales, pero por la crisis sanitaria le cancelaron contratos y retuvieron pagos. El dinero se acabó y ya no pudo pagar a sus dos trabajadores.

Con un bebé de cuatro meses y la preocupación de estar sin ingresos, al principio hizo cajas de madera para vender con bebidas para el Día del Padre: sólo le compraron un par; sin embargo, un cliente le dio la idea de fabricar una llave anticontagio, que había visto cómo se usaba en China. Elaboró la propuesta y hace unos días comenzó a producirlas.

Este objeto, elaborado con acrílico, tiene un gancho que permite abrir puertas y cargar bolsas con un peso de hasta cinco kilogramos, mientras el remate sirve para pulsar botones del cajero automático y de elevadores con el fin de evitar el contacto con los dedos.

Toño comentó que el primer día que ofreció el producto a través de la cuenta de su empresa en Facebook no recibió más que críticas, pero al siguiente ya hubo algunas personas que se interesaron y logró vender su primera producción de 70 piezas, en dos presentaciones de 50 y 60 pesos, por lo que diseñó una que permite sujetarse a los tubos del transporte colectivo.

Eloísa Esteva es abogada, su hermano está en el negocio de los viajes y los espectáculos, pero ahora los juzgados no trabajan, tampoco la gente viaja ni hay conciertos, por lo que se quedaron sin empleo; con una socia, a partir de un estudio de mercado, decidieron emprender en marzo la venta de tapetes desinfectantes junto con una solución antibacterial elaborada con base en cítricos.

Ellos tampoco cuentan con un local, por lo que su principal medio de difusión es por redes sociales –Facebook e Instagram– y ha resultado un buen negocio en el que 60 por ciento de las ventas es para domicilios particulares y el restante en empresas. Vende cada charola con el tapete en 350 pesos y 298 el bidón con la solución.

Antes veía el producto como una necesidad, pero ahora lo considera un modo saludable de vida. Yo tengo un bebé que anda por todo el piso, lo más recomendable es que llegues a casa y te quites los zapatos, pero no siempre es posible y tampoco cuando hay visitas.

José Garnica comercializa micas protectoras para automóviles, también por medio de redes sociales, fabricadas con un polímero con grosor de 1 milímetro permite tener una barrera de protección entre el conductor y los pasajeros del asiento trasero.

Su creación la vende en 720 pesos y la pensó como un mecanismo protector para los recorridos de taxis y vehículos que prestan el servicio por medio de aplicaciones, pero también se pueden instalar en autos particulares.