Disminuir el consumo de sal puede evitar la muerte de 2.5 millones de personas en el mundo. La ingesta en exceso de este ingrediente, como ocurre en México, favorece el desarrollo de hipertensión arterial, advirtió Concepción Domínguez, de la División de Hospitales de Segundo Nivel del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Señaló que de los derechohabientes de esa institución que padecen la enfermedad, 4.7 millones, solamente 25 por ciento acude a las clínicas para recibir atención médica para controlarla.

También se favorecen problemas cardiacos como insuficiencia e infartos; accidentes cerebrovasculares (hemorragias); daño en riñones que evoluciona a insuficiencia renal, e incluso la posibilidad de presentar cáncer gástrico o colorrectal, afirmó.

La especialista mencionó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda consumir cinco gramos de sal al día, equivalentes a una cucharada cafetera.

Este ingrediente, agregó, es vital para el correcto funcionamiento del organismo; consumirlo en las cantidades recomendadas permite una adecuada función de los músculos y del corazón; ayuda al cerebro a controlar los impulsos nerviosos; regula los fluidos extracelulares del cuerpo (las células necesitan agua para trabajar) y también mantiene el PH de la sangre en un balance ácido y alcalino.

El problema, comentó, es que en la dieta de los mexicanos se han incorporado cada vez más alimentos industrializados y comidas rápidas, que contienen altas cantidades de sal, como frituras comerciales, sopas instantáneas, pastelillos, enlatados, palomitas de maíz, carnes embutidas y ahumadas, quesos (cheddar, mozzarella, parmesano, manchego), cereales, pizzas, hamburguesas o hot dogs.

A esto se agrega que cuando los alimentos son cocinados se utilizan sazonadores, aderezos y condimentos industrializados para darles más sabor, los cuales ya contienen cantidades elevadas de sodio.