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Golpe de Estado en Bolivia

Evo Morales parte al exilio en México

Me duele abandonar el país por razones políticas

El Ejecutivo sigue acéfalo // El ejército sale a las calles a reprimir

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▲ Civiles detienen a partidario de Evo Morales, en La Paz.Foto Afp
 
Periódico La Jornada
Martes 12 de noviembre de 2019, p. 4

La Paz. Hermanas y hermanos, parto rumbo a México, agradecido por el desprendimiento del gobierno de ese pueblo hermano que nos brindó asilo para cuidar nuestra vida. Me duele abandonar el país por razones políticas, pero siempre estaré al pendiente. Pronto volveré con más fuerzas y energía, tuiteó Evo Morales antes de abordar un avión rumbo al exilio, en una jornada en la que el ejército golpista salió a las calles para, junto con la policía, contener a miles de personas que se movilizaron en defensa del gobierno depuesto.

Morales, quien horas antes hizo un llamado al diálogo y a cuidar la paz, subió a alrededor de las 19:45 (hora local) al avión de la Fuerza Aérea de México, en Chimoré, región central de Cochabamba. A las 23 horas el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, informó que la aeronave había despegado.

La crisis desatada por el derrocamiento de Morales el domingo, tras semanas de protestas impulsadas por el líder del Comité Cívico de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, y el candidato perdedor Carlos Mesa, que rechazaron los resultados de los comicios del 20 de octubre, en los que el primer mandatario indígena del país ganó un cuarto mandato, se profundizó ayer en medio del vacío político y enfrentamientos y caos en carreteras y ciudades.

¡Paren esta masacre!

En un mensaje de audio antes de subirse al avión, y que se viralizó rápidamente, Morales agradeció el acompañamiento de su pueblo, deploró que al día siguiente del golpe cívico político policial ¡ya tantos muertos!, y exigió a Camacho y a Mesa: ¡No maten! ¡Defiendan la vida! ¡Paren esta masacre!

Destacó que en sus 13 años de gobierno nunca ordenó a las fuerzas armadas reprimir y concluyó: Las futuras generaciones y el pueblo juzgarán. Quiero pedir a nuestras fuerzas armadas no mancharse con la sangre del pueblo.

En una carta a la Asamblea Legislativa, y fechada en el Trópico de Cochabamba, que se conoció ayer, Morales señala: El primer gobierno indígena termina hoy con mi renuncia obligada a la presidencia del Estado Plurinacional de Bolivia, producto de un golpe de Estado político, cívico y policial.

Morales argumentó que su responsabilidad en calidad de presidente indígena y de todos los bolivianos es evitar que los golpistas sigan persiguiendo y hostigando a sus simpatizantes, a los indígenas y a los dirigentes de su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS).

En otro tuit señaló: “Hoy (…) los humildes, los trabajadores, los aymaras y quechuas e indígenas de tierras bajas empezamos el largo camino de la resistencia para defender logros históricos del primer gobierno indígena”.

En la ciudad de El Alto, miles levantaron barricadas y por la tarde cientos de manifestantes, conocidos como los ponchos rojos, marcharon desde esa localidad hacia La Paz, donde anoche se concentraban en la Plaza Murillo en defensa del gobierno constitucional, y gritaban: ¡Mesa, queremos tu cabeza!

En redes sociales se difundió un video en el que se puede ver a una nutrida columna avanzando por las calles de El Alto ondeando banderas wiphala, utilizadas por los aymaras y otros pueblos indígenas, al grito de: ¡Ahora sí! ¡Guerra civil! Ahí, la Universidad Pública d El Alto (UPEA) se unió al pueblo y tras pedir perdón se sumó a la lucha contra el golpe.

Los policías de la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP), que el fin de semana se amotinaron, también pidieron perdón, y en el barrio paceño de Chaquispampa, la población expulsó a la policía; lo mismo sucedió en Villa Carmen, en el departamento de Chuquisaca.

La Confederación de Comunidades Interculturales de Bolivia llamó a la movilización permanente con la consigna es ahora o nunca. Morir o vivir, al irse articulando formas de resistencia, tras una noche de violencia del domingo al lunes en la que casas de funcionarios del gobierno derrocado y comercios fueron saqueados y vandalizados.

Horas antes, el derrocado presidente en una serie de tuits denunció que la policía amotinada reprime con bala para provocar muertos y heridos en El Alto. Dijo que los golpistas asaltaron su casa y la de su hermana, amenazaron de muerte a ministros y sus familias y exigió a Camacho y Mesa que asuman su responsabilidad de pacificar al país y garanticen la estabilidad política y la convivencia pacífica de nuestro pueblo.

En Cochabamba, zona centro, y en El Alto hubo violentos choques entre militantes del MAS y fuerzas de seguridad. En Cochabamba los defensores de Morales sacaron a la policía. En ambas localidades fueron incendiadas unidades policiales. Calles, negocios y oficinas fueron cerrados. Los golpistas no dieron reportes sobre víctimas o detenidos producto de la represión.

Mesa aseguró que una turba se dirigía a su casa, lo que no ocurrió, y reiteró que no hubo golpe de Estado, mientras Camacho, cabeza del levantamiento, responsabilizó, sin aportar pruebas, a Morales de los actos vandálicos reportados en La Paz y El Alto.

El general golpista William Kaliman, comandante de las fuerzas armadas, ordenó por la noche la salida de soldados a las calles de La Paz y otras ciudades para repeler a grupos vandálicos, en respuesta a una solicitud de la policía.

El mando militar dispuso que las fuerzas armadas ejecuten operaciones conjuntas con la policía para evitar sangre y luto a la familia boliviana, empleando en forma proporcional la fuerza contra los actos de grupos vandálicos que causan temor en la población, informó Kaliman, quien el domingo sugirió a Morales que renunciara.

El general anunció horas después la activación del Plan Sebastián Pagador, para movilizar a sus efectivos a restablecer el orden en los servicios públicos.

El ministro de Defensa, Javier Eduardo Zavaleta López, envió un oficio a Kaliman, en el cual subrayó que su ministerio no activó el Plan Sebastián Pagador, por lo que debían ser replegados todos los efectivos movilizados para ese fin. Al cierre de esta edición Zavaleta renunció.

En medio de la incertidumbre, siguieron las dimisiones, que suman más de 20 en 48 horas. El comandante de la policía, general Vladimir Yuri Calderón, quien también exigió la dimisión a Morales, renunció ante señalamientos de no haber frenado el vandalismo.

El ex ministro de Gobierno Carlos Romero y la ex ministra de Planificación Mariana Prado se refugiaron en la embajada argentina en La Paz.

En tanto, la vicepresidenta del Senado, la opositora Jeanine Áñez convocó a sesión este martes para tramitar la renuncia de Morales, que ya fue entregada al Legislativo, donde el MAS tiene 25 de un total de 36 bancas.

Tras la dimisión obligada de Morales, todos los funcionarios que le seguían en la línea de sucesión renunciaron, por lo que el Ejecutivo quedó acéfalo. Áñez, en su calidad de vicepresidenta del Senado, planteó asumir la presidencia interina y convocar a elecciones a la brevedad.

El fiscal general Juan Lanchipa informó de la detención de 34 personas vinculadas al fraude electoral que, sin presentar pruebas, denuncia la oposición.

Morales propuso convocar a elecciones poco antes de dimitir, tras un informe preliminar de la Organización de Estados Americanos que con el análisis de apenas 333 actas de un total de 34 mil 555, donde encontró irregularidades en sólo 23 por ciento de las mismas, recomendó anular el proceso electoral.