Miércoles 6 de noviembre de 2019, p. 37
La centenaria lengua indígena tohono o’odham (pápago) en Sonora, que está al borde de la desaparición, hizo recordar a más de uno en el pleno de la Cámara de Diputados el poema Cuando muere una lengua, de Miguel León Portilla, que en su tercer verso expresa: Cuando muere una lengua / entonces se cierra / a todos los pueblos del mundo / una ventana, una puerta, / un asomarse / de modo distinto / a cuanto es ser y vida en la tierra
.
Al inicio de la sesión ordinaria de este martes, Doraly Velasco León, originaria de la comunidad Quitovac, del municipio General Plutarco Elías Calles de Sonora, y hablante de pápago, se refirió a la inminente extinción de su lengua:
“Señoras y señores: ojalá me escuchen con el corazón, porque vengo a hablar de lo que hemos debido hacer para sobrevivir; de lo que hemos debido andar para predecir, aprender y reflexionar; de lo que hemos tenido que proteger y preservar para no olvidar ni ser olvidados. No pocas veces hemos debido luchar para poder avanzar. En ocasiones nos han arrebatado la vida por defender nuestros territorios, identidad y cultura.
Nuestra lengua está agonizando, pero no así nuestra cosmovisión ni nuestra memoria histórica, porque hemos dejado huellas perennes en nuestro andar por aquellos territorios que sostienen nuestra vida, en nuestros cantos y tradiciones, gracias a la solidaridad y complementariedad que se arraiga en nuestros seres
, añadió.