Peralvillo: operativo exitoso, a todas luces
e diga lo que se diga, y lo diga quien lo diga, el operativo policiaco a cargo del secretario de Seguridad Ciudadana de esta ciudad, Omar García Harfuch, en Tepito, tuvo el éxito que se esperaba, así 27 del total de detenidos hayan quedado libres.
Esto es necesario entenderlo porque se localizó y se destruyó la mayor fábrica de estupefacientes de toda la capital, y de varios estados de la República, sin ensangrentar sus calles, sin llenar de miedo a sus habitantes y sin poner en ridículo el proyecto de seguridad del presidente López Obrador.
Aunque no sabemos qué capacidad de producción tenía, podemos estar seguros que también operaba como centro de distribución de mariguana, además de estar convertido en templo dedicado a la muerte.
Entre los policías se sabe que eran dos laboratorios y dentro sólo se encontraban cuatro personas trabajando, las primeras que fueron detenidas y que siguen en prisión, los otros, que fueron liberados y que son trabajadores de la empresa descubierta, habían tomado un descanso.
Mediante el túnel que comunica dos vecindades, cuando menos –se están haciendo otras investigaciones–, los empleados habían salido del centro de producción y descansaban, como acostumbran, acompañados de cervezas, algunas piezas de comida y tequila ya empezada la madrugada, y los efectos del descanso
se notaban entre los que se hallaban en la otra vecindad.
Nadie sabía dónde estaban, nadie, más que los otros, los que se hallaban en el laboratorio, y según los dichos de los policías asignados al operativo, ellos se enteraron por las indicaciones de los detenidos, así que los de la supuesta fiesta también eran parte de la gente que fabrica, vende y distribuye droga en la CDMX.
Por eso la molestia y el enojo de la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum. El hallazgo era de importancia vital para el trabajo en contra de la delincuencia organizada. Sacar del mercado de lo ilegal un centro de operaciones, adiestramiento y adoctrinamiento, como el hallado en las calles de Peralvillo, dentro del barrio de Tepito, en cualquier otro momento sería de importancia capital. Hoy hay quienes no lo quieren entender de esa manera.
El error técnico que se produjo al elaborar el documento en el que se explicaba la detención de los narcos resultó de mucha importancia para buena cantidad de gente, que con ese argumento pretendió restarle importancia al hecho.
Curiosamente, el viernes, en una taquería ubicada por el rumbo de la colonia Crédito Constructor, poco antes de la medianoche se presentó un hombre cuasi pelón, excesivamente flaco, un tanto alto, que bromeaba y hacía poses frente a un público ubicado en dos mesas que festejaban las bufonadas del hombre, que si no era el juez Felipe de Jesús Delgadillo Padierna, se le parecía enormemente. ¿Sería que el festejo era por la liberación de los 27 o por algún otro motivo que sólo en aquellas mesas se conocía?
De pasadita
Por fin estalló en el Congreso local la bomba que estaba latente desde hace algún tiempo. La división en Morena quedó perfectamente bien marcada: por un lado está la tribu de Valentina Batres, quien sin Martí en una postura de poder ha perdido fuerza; por otro, la de José Luis Rodríguez, quien presume de tener influencia sobre la jefatura de Gobierno, y ahora un grupo emergente que cuestiona la honestidad en el manejo de los recursos del Congreso por las dos agrupaciones antes mencionadas.
El nuevo bloque, que tiene entre sus filas a los presidentes de la mayor parte de las comisiones, denuncia la opacidad en la distribución de plazas, que está a cargo de la señora Batres y de Rodríguez, que en la Auditoría Superior de la CDMX se ha despachado con la cuchara grande.
Total, en el documento de denuncia y conformación se hallan firmas como las de Fernando Aboitiz, Eduardo Santillán, Efraín Morales y Paula Soto, entre una veintena más. Pero eso no acaba aquí, ya platicaremos más sobre el asunto.