Cultura
Ver día anteriorViernes 25 de octubre de 2019Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
La secretaria de Cultura federal acepta la crítica

Ante señalamientos de la comunidad artística de que en nueve meses nada se ha hecho, Alejandra Frausto, titular de la dependencia, invita a conocer ‘‘el trabajo desarrollado en tierra’’

Foto
▲ ‘‘Somos servidores públicos, ¿cómo no vamos a contestar? Debemos atender desde lo bueno y extraordinario hasta lo difícil. Y siempre dar la cara”, responde Alejandra Frausto en entrevista con La Jornada.Foto Roberto García Ortiz
 
Periódico La Jornada
Viernes 25 de octubre de 2019, p. 4

En entrevista con La Jornada, la titular de la Secretaría de Cultura federal, Alejandra Frausto Guerrero, dice que acepta las críticas que algunas personas de la comunidad cultural han expresado en el sentido de que en los recientes nueve meses, desde que asumió el cargo, no se ha visto el trabajo en esa dependencia.

‘‘Quizá el cambio de estilo es lo que ha preocupado a una comunidad que se antoja fuera la más libre y transgresora, pero te encuentras con personas que buscan lo pasado, ¡qué curioso!”, añade y pide que no se preocupe nadie; ‘‘las herramientas del pasado, las que valen, están presentes; eso sí, corriendo el velo para que exista transparencia, rendición de cuentas y se sepa exactamente quién, cómo y cuándo dictamina qué, mejorando las reglas”.

Añade que acepta el diálogo con los que difieran, pues ‘‘hay que recuperar la mística del servicio público. Somos servidores públicos, ¿cómo no vamos a contestar?, ¿cómo no vamos a atenderlos? Nos debemos a la gente. Ese es nuestro trabajo. Tal vez en algún momento se entendía a los secretarios como seres intocables, pero no. Debemos atender desde lo bueno y extraordinario que sucede hasta lo difícil. Y siempre dar la cara”.

Más de 300 semilleros creativos en varios estados

–¿Qué responde a las personas de la comunidad cultural que aseguran que en estos nueve meses no se ha visto el trabajo de la Secretaría de Cultura o que sólo hay ocurrencias?

–Que los invito a que conozcan el trabajo en tierra. Que recorran con nosotros los lugares. Siempre son bienvenidas las críticas porque ayudan a construir y mejorar lo que hacemos, pero me gustaría que nos acompañaran. Los artistas que ya han ido se conmueven, se involucran con una comunidad. El proyecto Cultura Comunitaria ya lo aterrizamos, ya tiene cara.

‘‘Lejos de recibir como una crítica esos comentarios, hago una invitación a ampliar la mirada, a recorrer el país, a que se sumen a lo que quieran, como público, como maestros. En el Sistema Nacional de Creadores hay muchísimos que están ya en comunidad porque quieren. La retribución social está en las reglas, pero a nadie se le obliga a hacer lo que no quiera porque no resultaría positivo, pero hay muchos artistas y creadores ya comprometidos, contentos con ser parte de estos puentes. Por ejemplo, la Compañía Nacional de Teatro ya es parte de este movimiento, nos ayuda a perfeccionar las técnicas de los semilleros de artes escénicas.

‘‘Cultura Comunitaria es un programa de cultura más justo, para poner énfasis en aquellos lugares y personas a las que la Secretaría de Cultura no les significaba nada en su realidad.”

Lo mejor que pasa en estos momentos en el país en materia cultural, reitera la funcionaria, es que ya funcionan más de 300 ‘‘semilleros creativos” en lugares como Tamaulipas, la zona de Tierra Caliente en Guerrero, Michoacán, en las fronteras, Veracruz y Morelos, ‘‘sobre todo en aquellos lugares que más nos preocupan, zonas sensibles porque existen alertas de violencia, de género o temas de marginación”.

Ese programa forma parte del proyecto insignia de su administración, llamado Cultura Comunitaria, que, insiste, ya opera en las 32 entidades, ‘‘lo cual significa que, de lunes a viernes, durante tres horas por las tardes, hay ya más de 10 mil 700 niños participando en una actividad artística. Ahí comienza la verdadera transformación de su realidad”.

Más que dar visibilidad a estas acciones, continúa, los esfuerzos de la Secretaría de Cultura se han enfocado estos meses en afianzar ‘‘la profundidad y permanencia” de esos programas.

Colaboración del director de orquesta Gustavo Dudamel

Alejandra Frausto considera que el quehacer comunitario se teje ‘‘como el tiempo de la milpa”, es decir, ‘‘no se puede apresurar, el trabajo comunitario no es automático, no es de un plumazo, es un trabajo de tierra y de todos los días, porque se está tejiendo profundo y permanente.

‘‘Por eso invitamos a la iniciativa privada. Hay empresarios estatales a los que nunca se les toma en cuenta, pero al saber que hay un proyecto así en su estado se suman; su participación es importante porque Cultura Comunitaria se tiene que blindar de los avatares políticos y sexenales. Las comunidades necesitan apropiarse de sus proyectos para que ellos mismos comiencen a generar alternativas. Como Estado, nos toca consolidarlos en seis años.

Detalla que los ‘‘semilleros creativos” son una alternativa que entra en la cotidianidad para dar a niños y jóvenes herramientas muy poderosas: trabajo en equipo, disciplina, sentido de pertenencia.

Un ejemplo de ese trabajo, adelanta, podrá ser apreciado el 19 de noviembre a las 18 horas en el Auditorio Nacional (no se pensó hacer la presentación en el Palacio de Bellas Artes, ‘‘porque no cabrían”, explica Frausto), en un espectáculo llamado Tengo un sueño, en el que participarán alumnos de 124 semilleros. ‘‘También el director de orquesta venezolano Gustavo Dudamel va a trabajar con un grupo antes de los conciertos que ofrecerá en México”, añade.

Alejandra Frausto dice que además del programa de Cultura Comunitaria, ‘‘ahí están los apoyos al cine, al teatro y tenemos buenas noticias para los apoyos a la creación con respecto de los estímulos fiscales para el próximo año, si todo sale como lo planeamos. No se ha disminuido nada (presupuestalmente), los apoyos han aumentado, no hay de qué preocuparse, pero hay que reconocer la diversidad de talento existente en el país, el cual no sólo está en las capitales o en el centro, lo hay en todas partes.

‘‘Una de las dificultades a las que nos hemos enfrentado estos meses son esas prácticas inerciales, muy centralistas, pero que ni siquiera son por mala voluntad. Entonces, si 30 millones de personas votaron por un cambio, éste se hace y nos toca a todos; nosotros nos bajamos el sueldo a la mitad. Los cambios se hacen de conciencia. El país se está revolucionando pero de manera pacífica y en eso la cultura es un ingrediente clave; no estamos en un palco viendo todo”, concluye la funcionaria.