Viernes 25 de octubre de 2019, p. 4
Guanajuato, Gto.. El ensamble coral Vox Clamantis ofreció un diálogo entre la música antigua y el imaginario contemporáneo del compositor estonio Arvo Pärt (1935), en un concierto en el Templo de la Valenciana, donde en cuyo programa se incluyó la obra Virgencita, inspirada en México.
‘‘Un consuelo profundo para las almas capaces de escuchar” lograron las notas que resonaron frente al retablo dorado con santos y querubines, entre las columnas de cantera rosada, en ese templo del siglo XVII, donde el conjunto de Estonia interpretó el recital con el instrumento más expresivo: la voz humana.
Cantos gregorianos, música sacra como la misa de Guillaume de Machaut (1300-1377), el Padre Nuestro de Igor Stravinsky (1882-1971) y el Salmo de David de Cyrillus Kreek (1889-1962), se intercalaron entre las obras de Pärt, en una conjunción de sonidos hermanados a lo largo del concierto articulado con 15 partituras.
Los integrantes de Vox Clamantis (voz que clama), coterráneos de Pärt, se presentaron en el Festival Internacional Cervantino. Dirigidos por Jean-Eik Tulve, se especializan en cantos gregorianos, considerados el origen de la música occidental. Su nombre ha sido tomado de un poema latino de John Gower, aproximadamente en 1370. Expresión inscrita en el libro de Isaías. El ensamble ‘‘parece llevar el oído de quien la escucha al encuentro de un eslabón perdido del sonido, que resuelve los significados en una especie de eternidad liberadora”, se describe en el programa distribuido en el templo abarrotado hasta el último asiento, ubicado cerca de una mina.
Virgencita, que cerró la cita musical, fue escrita por Arvo Pärt tras visitar México; se inspiró en la Virgen de Guadalupe y el estreno se efectuó en el Festival Internacional Cervantino de 2012. Es ‘‘un gesto de amor a la mexicanidad”, se informó al público, ‘‘una de las amorosas e íntimas obras dedicadas a la Virgen”.