Londres. Boris Johnson, primer ministro británico, obtuvo el respaldo del Parlamento en la parte esencial de su acuerdo para el Brexit, pero perdió una votación clave sobre la calendarización, resultado que lo acerca cada vez más a su objetivo de encabezar la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE), pero quedó garantizado que no sucederá antes del 31 de octubre.

La buena noticia para el primer ministro fue que los legisladores, por primera vez desde 2016, cuando los británicos votaron a favor de abandonar el bloque europeo, votaron en principio a favor de un plan para el Brexit, respaldando por 329-299 una propuesta para implementar el acuerdo que el premier Johnson concretó con Bruselas la semana pasada.

Sin embargo, minutos después, los legisladores rechazaron su agenda acelerada para la aprobación de la propuesta, con el argumento de que necesitan más tiempo para revisarla. La votación fue de 322-308 en contra del gobierno.

Las votaciones de ayer vuelven a sumir el tortuoso proceso del Brexit en un territorio tristemente familiar: una incertidumbre enconada.

Sin una aprobación pronta, Gran Bretaña no podrá desprenderse del bloque de manera ordenada el 31 de octubre, promesa fundamental durante los tres meses del gobierno de Johnson.

Del lado positivo, Johnson celebró el hecho de que “por primera vez en esta larga saga, la Cámara de los Comunes ha aceptado sus responsabilidades, se ha unido y aceptado un acuerdo.

De una forma u otra dejaremos la UE, comentó, aunque también señaló que el gobierno aceleraría los preparativos para un escenario sin acuerdo de divorcio debido a la incertidumbre.

Johnson esperaba pasar la propuesta por la Cámara de los Comunes para el jueves. Pero dijo que después de la derrota, pausaría la iniciativa hasta que la UE acuerde postergar la salida de Gran Bretaña.

El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, tuiteó que recomendaría al bloque otorgar una extensión al plazo fijado del 31 de octubre, aunque no señaló por cuánto tiempo.