Miércoles 23 de octubre de 2019, p. a37
Buenos Aires. Sin el drama de la final en la edición pasada de la Copa Libertadores, el campeón vigente River Plate se tambaleó frente a su clásico rival Boca Juniors, pero con oficio se mantuvo de pie y jugará por segundo año consecutivo el desenlace del torneo sudamericano de clubes.
Los boquenses ganaron 1-0 con gol del venezolano Jan Hurtado a los 80 minutos en el estadio La Bombonera de Buenos Aires, en el duelo de vuelta de la semifinal del torneo continental. Pero como en la ida River se había impuesto 2-0, el equipo de Marcelo Gallardo jugará la final única el 23 de noviembre, por ahora en Santiago de Chile como estaba previsto, pero con la incertidumbre de si el estallido social lo permitirá. La Conmebol ha dicho que sigue de cerca la crisis que ha dejado 15 muertos en ese país.
Esta es la cuarta ocasión que River, bajo la conducción de Gallardo, supera a su clásico rival en instancia decisiva de un torneo internacional luego de la semifinal de la Copa Sudamericana de 2014, los octavos de final de la Libertadores de 2015 y la más reciente final de esta última. A escala local también lo venció en la final de la Supercopa Argentina.
Con su equipo obligado a revertir el marcador global, la hinchada de Boca les dio un estruendoso recibimiento a los jugadores, agitando globos azules y amarillos y lanzando miles de papelitos blancos que demoraron el inicio del partido para retirarlos del campo de juego.
Sin la voracidad ofensiva que lo caracteriza, River daba la sensación de tener el partido bajo control hasta que a 10 minutos del final Boca le puso pimienta a la serie con el gol de Hurtado, que se originó en un tiro libre desde la derecha.
Los millonarios buscarán la quinta Libertadores de su historia tras las obtenidas en 1986, 1996, 2015 y 2018. El otro finalista saldrá del cruce entre Flamengo y Gremio, ambos de Brasil.