México está entre los 10 países que más pierden o tiran comida, con alrededor de 20 millones de toneladas al año, lo que implica que cada ciudadano tira a la basura 2 mil 41 pesos, indica el reporte Políticas públicas para enfrentar la pobreza extrema mediante la disminución de desperdicio de alimentos, coordinado por Genaro Aguilar Gutiérrez, investigador de la Escuela Superior de Economía del Instituto Politécnico Nacional.

Cerca de 35 por ciento de la producción agrícola de alimentos se va a la basura. Una familia mexicana desperdicia en promedio 20 por ciento de lo que compra cada semana, el equivalente a 1.5 litros de leche, 600 gramos de carne de cerdo, 480 gramos de carne de res y unos 380 gramos de huevo.

En términos monetarios esto asciende a 490 mil millones de pesos al año, dinero suficiente para alimentar regularmente a más de 11 millones de personas, señala el reporte inscrito en el Programa de Proyectos de Investigación para Resolver Problemas Nacionales del Conacyt.

Los alimentos que no son aprovechados a lo largo de la cadena productiva representan 2.2 por ciento del producto interno bruto (PIB). El desperdicio que hace una familia mexicana compuesta por cuatro personas rebasa al año los 8 mil pesos, valor equivalente al salario mínimo de casi tres meses, refiere. Esto significa que cada familia desecha en promedio 668.8 kilos de alimentos, por persona son 167.21 kilos, equivalente a 2 mil 41 pesos. Este costo sólo toma en cuenta el gasto en la compra, a lo que se suman los insumos para la preparación, como el gas, aceite y agua.

El análisis sólo considera los desechos a escala de familias, sin considerar las pérdidas en restaurantes, hoteles y escuelas. Entre los alimentos más desechados están la carne de res, puerco y pollo, la leche y el pescado.

Atribuye como causas de la pérdida de comida la costumbre de hacer una gran despensa después de recibir el salario, con lo cual las familias preparan porciones mayores y no aprovechan las sobras. Las compras de cantidades excesivas por ofertas comerciales inciden también en los residuos. Estos factores están asociados a la valorización de la abundancia, de la preferencia por comida muy fresca, e incluso hasta los prejuicios sobre las sobras de la comida.

El reporte indica que en el norte del país, en Nuevo León, Tamaulipas o Chihuahua, el despilfarro asciende a 3 mil 324 pesos por persona al año, en contraste con las zonas más pobres del sur y sureste del país, donde el derroche es de alrededor de 670 pesos.