Evangelina Martínez siempre quiso ser actriz. Su incursión en la disciplina artística llegó tarde, pues cumplió con compromisos familiares. Ahora suma 47 años de profesión y está dedicada de lleno a lo que define como la pasión de su vida: la actuación.

Ella forma parte del elenco de la obra La casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca, que reanudó segunda temporada en el teatro Rafael Solana. En escena, comparte créditos con Lucía Guilmáin y Beatriz Moreno.

Sobre este montaje resaltó: Esta fue la última obra que García Lorca escribió, porque tres meses después fue fusilado por las fuerzas de Franco; además, es muy significativa por la época en que el autor estaba viviendo, de represión y violencia en la Guerra Civil española.

De hecho, Bernarda Alba refiere a la tiranía de Franco. Sus cinco hijas son el pueblo sometido y esos personajes tienen tres salidas: la muerte, la locura o el matrimonio.

En este caso, prosiguió la actriz, me tocó encarnar a la locura, a María Josefa, la madre de Bernarda. Este personaje es hermoso porque dentro de su estado mental es la única que le dice sus verdades a su hija, es la única que se rebela y expresa.

Personificar a María Josefa –aseguró– no la desgasta. “Mi querido maestro Héctor Mendoza nos decía: ‘si un actor va al escenario a sufrir, no tiene nada que hacer ahí. El actor sube a disfrutar su personaje’. Y, la verdad, eso me pasa a mí”.

Es cierto, aceptó, que “cuando una se presenta siempre dan nervios y hay adrenalina tremenda. A veces me preguntan ‘¿por qué sientes eso, si tienes toda la experiencia?’ Pues –respondo– porque cada función es distinta, también el público; además, cada presentación es en un nuevo día y es otro el estado de ánimo”.

Por eso yo disfruto muchísimo cualquier personaje que haga, porque le estoy dando parte de mí; también le busco algo que se asemeje conmigo. Y en esta puesta escena entro cantando y disfruto mi locura muchísimo.

Evangelina Martínez inició su carrera en 1972, con el personaje de Petrita Cordero en la película El principio, que fue escrita y dirigida por su hermano Gonzalo Martínez Ortega, lo cual fue muy emocionante y emotivo.

Por supuesto, este personaje me marcó y lo amaré por siempre, porque es el primero que hice.

Pese a las ideas de aquella época, desde muy joven quiso estudiar; fue secretaria en Petróleos Mexicanos, luego se casó y dedicó tiempo a sus hijos, por eso amo mi profesión, porque se dio mucho a desear.

A la actriz se le recuerda en películas como Los albañiles, La improbable Susanita, Miroslava y Memoria de mis putas tristes; así como en programas de televisión, y en teatro, recientemente, estuvo en La nena y La importancia de llamarse Ernesto.

La casa de Bernarda Alba, producida y dirigida por Miguel Alonso, se describe en la España de principios del siglo XX cuando la protagonista llega a casa tras haber enterrado a su esposo, anunciando un luto riguroso, que en aquellos años era de ocho años. Es así como condena a sus cinco hijas a permanecer aisladas del mundo, incluso a la mayor de ellas, quien está comprometida.

En el montaje también actúan Judith Serrano, Jacqueline Bribiesca, Karla Sainz, Jessica Gámez y Vanessa Marroquín, con música en vivo del guitarrista Israel Villalobos.

Se presentará los días 29 de septiembre a las 17:30 horas y del 6 de octubre al 10 de noviembre a las 13 horas en el teatro Rafael Solana del Centro Cultural y Social Veracruzano, ubicado en Miguel Ángel de Quevedo 687, colonia San Francisco, Coyoacán.