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Infancia y sociedad

Hay otros datos

“L

a mejor de las inversiones es en programas para la primera infancia, ya que resulta poderosamente preventiva y genera las más altas tasas de retorno frente a cualquier otra inversión” –afirma James Heckman, Premio Nobel de Economía 2000, quien en los pasados años ha trabajado sistemáticamente en educación. En su libro Escuelas, capacidades y sinapsis concluye que invertir en la educación, el cuidado y el desarrollo de los niños más pequeños genera mayor beneficio económico y social que cualquier otro tipo de programas.

La primera infancia es punto clave para combatir la desigualdad, porque ahí es donde se marca y se reproduce: es donde se puede romper el círculo vicioso de la pobreza. Laureado también con el Premio del Banco de Suecia en Ciencias Económicas, James Heckman afirma con base en estudios econométricos que los primeros años de la vida son decisivos para las aptitudes cognitivas y la intervención en edad temprana amplía la escolaridad, reduce la delincuencia, disminuye el número de embarazos entre adolescentes y promueve la productividad.

Hay situaciones que por obvias ya no las vemos. La tragedia de la pobreza infantil la conocen bien instituciones como Unicef o el FMI y casi todos los gobernantes. Pero los políticos prefieren acciones de prontos efectos electorales y ante los problemas de la infancia suelen patear (o batear) la pelota hacia el futuro. Alineadas con la moral capitalista las instituciones internacionales, por su parte, no exigen con rigor a los gobiernos acabar con la pobreza temprana, pues son las generaciones que nutrirán las filas de explotados. Pero ¡cuidado¡ porque las familias pobres son las que más se reproducen y serán sus multitudes desbordadas las que destruyan el sistema. Ya lo estamos viendo.

La mejor manera de predecir el futuro es inventándolo: niños sin hambre y con escuela. Ahí están nuestros millones de niños pobres esperando... La verdadera transformación de México necesita instalar ambiciosos programas para la primera infancia y blindarlos con leyes que les den carácter transexenal para lograr resultados irreversibles. Acabar con la pobreza infantil y asegurar oportunidad educativa para todos los niños pequeños es la única garantía de una auténtica transformación social. El mundo al derecho: ¡Primero los niños y las mujeres¡