Miami. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump defendió ayer las redadas masivas que resultaron en el arresto de 680 migrantes indocumentados en siete plantas agroalimentarias del sureste de Estados Unidos, al afirmar que estas medidas funcionan como un disuasivo contra la inmigración irregular.

Quiero que la gente sepa que si vienen a Estados Unidos ilegalmente, se van a ir. Y esto sirve como un buen disuasivo. Cuando la gente vea lo que vio (el miércoles), sabrán que no se van a quedar aquí, declaró Trump a periodistas en la Casa Blanca.

Las redadas del miércoles en seis ciudades de Misisipi, las mayores ejecutadas en un solo estado en la historia del país, desataron duras críticas luego de que la prensa local divulgó imágenes de los niños que quedaron solos sin sus padres al salir de la escuela, llorando y sin tener adónde ir ni qué comer.

El fiscal general de Misisipi, Mike Hurst, también se defendió y aseguró que los agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) se ocuparon que los menores fueran reunidos con sus padres u otros parientes.

Intención perversa

En contraste, el alcalde de Jackson, Chockwe Lumumba, aseguró en la cadena CNN que las redadas muestran la ausencia de humanidad y la intención perversa del presidente, quien ha hecho de la lucha contra la migración indocumentada uno de los pilares de su administración.

Entretanto, las plantas de procesamiento de carne de pollo se encontraron con su personal dramáticamente reducido. Koch Foods, con beneficios de 3 mil 200 millones de dólares según Forbes, publicó en su página de Facebook que realizará el lunes una feria de trabajo para reclutar nuevos trabajadores en Forest, al este de la capital, Jackson. Los solicitantes tienen que proveer dos formas de identificación válida al aplicar, aclaró el texto.

Otra de las procesadoras, PH Food, no pudo abrir sus puertas el jueves. Entre 70 y 80 de sus 100 trabajadores fueron detenidos en la redada, explicó el encargado al diario local Clarion Ledger.

La fiscalía informó que 300 de los detenidos fueron liberados el jueves, con tobilleras electrónicas y órdenes de acudir a un tribunal de migración para que un juez decida si procede la deportación.

Seis de las siete plantas donde las autoridades realizaron redadas emplearon intencional e ilegalmente a personas que carecían de autorización para trabajar en Estados Unidos, aseguraron documentos oficiales.