Las nuevas reglas de asilo de Estados Unidos violentan su propia ley en la materia e incumplen con la obligación internacional de ese país para proporcionar protección a quienes estén en peligro, señalaron representantes del Servicio Jesuita a Refugiados y del Instituto para las Mujeres en Migración.

Indicaron que la posición del gobierno de México frente a esto, expresada por el canciller Marcelo Ebrard, si bien reivindica la tradición del país en la materia, sólo se ha quedado en retórica, pues “en los hechos se ha convertido en un ‘tercer país seguro’: por un lado ha recibido a miles de migrantes en los estados del norte que esperan respuesta a su trámite de asilo en Estados Unidos, y por otro ha reforzado la presencia de la Guardia Nacional, en particular en el sureste”.

La nueva política en la materia impone más restricciones a la elegibilidad de los extranjeros que lo requieren, pues obligan a quienes desde ayer deseen solicitar refugio en Estados Unidos a hacerlo previamente en alguno de los países por los que transiten y que esa petición les sea negada.

Claudia León, encargada de incidencias del Servicio Jesuita a Refugiados, remarcó que la intención de que México se convierta en tercer país seguro viene desde el sexenio de Enrique Peña Nieto, pero hoy así es, tras las amenazas del presidente estadunidense, Donald Trump, de imponer aranceles a las exportaciones mexicanas.

Gretchen Kuhner, directora del Instituto para las Mujeres en Migración, indicó que las nuevas reglas de asilo de la administración Trump violan la ley estadunidense en la materia, que establece que la persona que llegue a cualquiera de sus fronteras tiene derecho a solicitarlo.