El nanotecnólogo presentó en México el libro Hay futuro: visiones para un mundo mejor
Necesitamos decisiones globales sobre el rumbo de la humanidad; existen muchas preguntas éticas ante la certeza de que la ciencia será otra en 150 años
, considera el experto
El ejemplar compila las reflexiones de investigadores del mundo sobre las posibilidades de la tecnología
Un historiador halló dos casos sospechosos
en el Bundestag
Son de un cuadro al óleo de Waltenberger y una litografía de Corinth
El próximo año se cumple el 150 aniversario del natalicio del compositor vienés
Se celebrará la 56 versión del concierto de Año Nuevo con la Filarmónica de Viena
Se necesita a alguien que quiera generar consensos, señaló el priísta Mercado Guaida
Berlín. Cuatro años después de su primer concierto de Año Nuevo con la Filarmónica de Viena, el director argentino-israelí Daniel Barenboim regresa a orillas del Danubio. Tiene la impresión de que entre él y la orquesta ha surgido una relación amorosa
desde entonces, sino no me habrían invitado
, comenta en entrevista. En esta ocasión, el concierto de Año Nuevo tiene como punto central la conmemoración del inicio de la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, también se podrán escuchar los populares valses de la dinastía Strauss. –En 2009 dirigió el concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena. ¿Existe una relación amorosa entre usted y los vieneses
? Baremboim (B): Debería preguntar a los dos lados, pero por mi parte, absolutamente. Sin embargo, debo suponer que la orquesta también me quiere, sino no me habrían invitado (risas). –¿Qué le seduce del concierto de Año Nuevo? B: En primer lugar, la Filarmónica. No se deberían comparar orquestas. Existen diferentes agrupaciones que tocan a un gran nivel. No obstante, hay determinadas cosas que pertenecen casi en exclusiva a los vieneses
y este programa es una de esas cosas. Me fascinó el entusiasmo y cariño con el que ensayaron hace cuatro años. Se podría pensar que tocan un repertorio de este tipo con el piloto automático en marcha, pero nada más lejos de la realidad. No han perdido aún la curiosidad. –¿Puede recordar su primera impresión sobre esta orquesta? B: Los vieneses
fueron la primera orquesta de escala internacional que escuché. Venía de Argentina, tenía nueve años y escuché en 1952 en Salzburgo un concierto y una ópera. Con todo respeto para la orquesta argentina, ¡jamás había oído una cosa igual! Después en la década de los 60 toqué el piano con la dirección de Zubin Metha y Karl Böhm en Salzburgo.