Guillermo Montalvo Fuentes
Para estudiar, trabajar, visitar a la familia o simplemente por placer, hombres y mujeres que viven con VIH todavía encuentran en 49 países del mundo algún tipo de restricción que les impide entrar, permanecer o residir en sus territorios, una minoría si se compara con las 128 naciones que no las tienen, pero que no deja de representar una violación al derecho de todas las personas al libre tránsito.
De acuerdo con una última actualización sobre el tema, realizada en junio de este año por el equipo de derechos humanos y legislación del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA), los 49 países que rechazan de alguna forma a quienes viven con VIH son: Andorra, Armenia, Aruba, Australia, Bahréin, Belice, Bielorrusia, Brunéi, Comoras, Chipre, Corea del Norte, Corea del sur, Cuba, Egipto, Eslovaquia, Emiratos Árabes Unidos, Islas Fiji, Irak, Israel, Jordania, Kuwait, Líbano, Lituania, Malasia, Islas Marshall, Isla Mauricio, Moldavia, Mongolia, Nicaragua, Nueva Zelanda, Omán, Papúa Nueva Guinea, Paraguay, Qatar, República Dominicana, Rusia, Samoa, Arabia Saudita, Singapur, Islas Salomón, Sudán, Siria, Taiwán, Tayikistán, Tonga, Turkmenistán, Islas Turcas y Caicos, Uzbekistán y Yemen.
China y Estados Unidos han sido los últimos países en eliminar sus restricciones para que personas seropositivas puedan ingresar a sus territorios. En el caso de este último la nueva legislación entró en vigor el 4 de enero de 2010, y en el país asiático las barreras de acceso fueron retiradas en abril del mismo año.
Solicitar una prueba de VIH para poder entrar al país visitado y negar la visa incluso para estancias cortas son algunos de los obstáculos a los que se enfrentan las y los viajeros que viven con el virus, además de que en 22 de los 49 países son deportados una vez que se descubre su estado seropositivo, por lo que eliminar las restricciones en la mitad de los países que las imponen es uno de los objetivos de ONUSIDA para el 2015.
Antes y durante el viaje
Actualmente 128 países no tienen limitaciones para que personas seropositivas puedan ingresar y residir en sus territorios, entre ellos México, algo que le valió ser sede, en agosto de 2008, de la XVII Conferencia Internacional sobre el Sida.
Sin embargo, antes de emprender un viaje al extranjero siempre se recomienda seguir algunas consideraciones previas, y en el caso de quienes viven con VIH hay algunas particularidades que se deben tomar en cuenta.
Luis Adrián Quiroz, coordinador general de Derechohabientes Viviendo con VIH/sida del Instituto Mexicano del Seguro Social; Jorge Saavedra, embajador de Asuntos Internacionales de Aids Healthcare Foundation y el activista Polo Gómez, director de Condomovil AC, hablaron al respecto para Letra S.
De acuerdo con ellos, lo primero es averiguar si el país que se quiere visitar pone candados de acceso, además, de ser necesaria la aplicación de algunas vacunas, hay que verificar cuáles se pueden recibir y cuáles no, lo cual depende de los niveles de células CD4.
Los especialistas señalaron que siempre se debe llevar una cantidad de antirretrovirales adicional al número de días que durará el viaje, para hacer frente a cualquier eventualidad, y que los medicamentos se deben traer consigo durante el trayecto, pues se corre el riesgo de que el equipaje se pierda, sobre todo al viajar en avión.
Si el medicamento requiere refrigeración es preferible meterlo en un termo frío, pues esto lo mantiene en ese estado hasta que se pueda colocar en el refrigerador del hotel o del lugar al que se llegue. Pero, si los medicamentos se terminan antes de tiempo es recomendable investigar si hay organizaciones en el país visitado que puedan asesorar sobre cómo obtener más.
Recetas firmadas por el doctor con el sello de la institución, y cargar medicamentos antidiarréicos o para la fiebre, fueron otros de los consejos que dieron los expertos.
Sin embargo, subrayaron la importancia de que haya confianza entre médico y usuario de servicios, para resolver todas las dudas antes de viajar; pero sobre todo, ser honesto con uno mismo, para reconocer qué tan seguro es hacer el viaje o cuándo es mejor desistir.
Fuentes: Equipo de ONUSIDA sobre derechos humanos y legislación, The global database on HIV specific travel & residence restrictions.
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