Matamoros, Tamps., 25 de agosto. Con una ofrenda floral y una misa en las márgenes del río Bravo, autoridades eclesiásticas recordaron a los 72 migrantes asesinados hace un año por integrantes de la organización delictiva Los Zetas, en el municipio de San Fernando, Tamaulipas.

Francisco Gallardo López, párroco de la Casa del Migrante en Matamoros, ofició la ceremonia para recordar a los hombres y mujeres oriundos de El Salvador, Honduras y Guatemala que fueron ejecutados en la zona rural de San Fernando, luego de que se negaron a sumarse a las filas de esta organización criminal.

Frente a la Cruz del Migrante, construida en las márgenes del río Bravo, unas 40 personas hicieron oración por los fallecidos y por los indocumentados que en su camino al sueño americano son acosados por criminales.

Pensamos en los migrantes fallecidos, pero también en las familias que desde hace un año buscan a algún ser querido desaparecido y no lo encuentran. Pedimos por la paz de sus familias, ya que estas personas buscaban una mejor oportunidad de vida.

Como responsable de la Casa del Migrante, único refugio para quienes buscan ingresar sin documentos a Estados Unidos, el clérigo Gallardo López afirmó que la masacre ocurrida en agosto de 2010 cambió la ruta de extranjeros y connacionales.

Hemos visto un descenso en el número de migrantes por la inseguridad. A estas fechas, en la Casa del Migrante habríamos dado unos 7 mil servicios y no llegamos a 5 mil. Estamos en tiempos muy difíciles, donde ellos se sienten violentados en sus derechos, amenazados en su integridad, con el temor de ser secuestrados o asesinados; por eso cambiaron la ruta, para no cruzar Tamaulipas.