Desde antes de la salida del vuelo 001 de Aeroméxico, en su ruta ciudad de México-Madrid, la aerolínea emitió una notificación de sospecha a la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) de que el equipaje del copiloto Rubén García García no había pasado por los filtros de revisión del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), pero aún así se realizó el despegue. A su llegada al aeropuerto de Barajas el tripulante fue detenido por posesión de 42 kilogramos de cocaína.

En tanto, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) realizó una reunión con las autoridades del aeropuerto capitalino, encabezadas por el director Héctor Velázquez Corona, y personal de todas las corporaciones policiacas que operan en la terminal, para revisar los protocolos y manuales de seguridad.

En tanto, el Ministerio Público Federal investiga por conducto de su agregaduría y en coordinación con autoridades españolas los mecanismos que utilizó el copiloto Rubén García para el traslado de la droga. Se busca establecer líneas de investigación que los conduzcan a otros empleados de aerolíneas mexicanas, elementos de corporaciones policiacas y de seguridad privada que operan en la terminal vinculados con este tipo de ilícitos, señalaron funcionarios de la Procuraduría General de la República (PGR).

La dependencia que dirige Marisela Morales investiga en la ciudad de México a empleados de aire y tierra de Aeroméxico, así como a los agentes federales y de la empresa española Eulen que realizan tareas de revisión de equipaje.

Durante la reunión efectuada en la SCT, los participantes acordaron realizar un esfuerzo adicional para garantizar el cumplimiento de todos los protocolos y procedimientos de seguridad instituidos por la misma autoridad aeronáutica nacional y por la Organización de Aviación Civil Internacional.

De acuerdo con versiones de personal de la aerolínea, ubicada en la Terminal 2 del AICM, la notificación fue entregada a la DGAC por irregularidades en el paso del copiloto. Señalan que él mismo argumentó que viajaba de civil debido a que era tripulante encubierto, para verificar la labor de los sobrecargos.

Desde diciembre pasado, cuando fueron detenidos también en el aeropuerto de Barajas tres sobrecargos de Aeroméxico cuando pretendían ingresar 140 kilogramos de cocaína, se inició una serie de negociaciones entre la aerolínea y la DGAC para modificar los protocolos de seguridad de la empresa.

Sin embargo, tras semanas de negociaciones y la presentación de un documento para mejorar los mecanismos de control de las tripulaciones, la dirección de aeronáutica se negó a suscribir el acuerdo con el argumento de que las medidas no iban al fondo del asunto, que era la revisión exhaustiva de la tripulación.

La notificación fue entregada a la DGAC dos días antes de que se hiciera pública la detención del copiloto García en Madrid.

De acuerdo con los procedimientos de seguridad aeroportuaria, el tripulante cumplía con el perfil de pasajero sospechoso, no sólo por su comportamiento, sino por haber saltado filtros de revisión.