Número 158 |
Finalmente la figura de “crimen de odio” quedó integrada en el cuerpo de nuestras normas jurídicas. Las evidencias se impusieron a las reticencias de juristas, abogados y autoridades judiciales a reconocer al odio como una motivación del crimen. Esta nueva figura jurídica fue añadida como una agravante más del homicidio y las lesiones calificados en el Código Penal para el Distrito Federal, delitos que alcanzan penas de 20 a 50 años de prisión. Se trata de un triunfo de las organizaciones de la sociedad civil que han insistido en la importancia de que nuestras leyes jurídicas reconozcan la existencia de este tipo de crímenes. La Comisión Ciudadana Contra los Crímenes de Odio por Homofobia (impulsada por la asociación civil Letra S, Sida, Cultura y Vida Cotidiana), ha reportado año con año desde 1997, los asesinatos contra homosexuales, lesbianas y personas transgénero y, a través de una amplia difusión en los medios, ha logrado colocar el tema en la agenda política de esta ciudad. Este triunfo es producto de una larga lucha política contra el prejuicio homofóbico donde al final el odio le ganó la partida a la pasión. Las autoridades han insistido en calificar a los asesinatos contra homosexuales como “crímenes pasionales”, y se han negado a reconocer el odio homofóbico como motivo en sus líneas de investigación (cuando llegan a realizarla). Tarde o temprano jueces, fiscales y agentes judiciales tendrán que vérselas con esta nueva figura jurídica que los obligará a confrontar |
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