Portada
Presentación
Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA
Las diez películas
MARCO ANTONIO CAMPOS
Hugo Gutiérrez Vega:
75 aniversario
JUAN DOMINGO ARGÜELLES
“No te suicidaras”
ARNOLDO KRAUS
Parque México
JORGE VALDÉS DÍAZ-VÉLEZ
Poemas sobre gatos
CHARLES BAUDELAIRE
Mi gato Tyke
JACK KEROUAC
Sergio Mondragón: vigencia del Aprendiz de brujo
RICARDO VENEGAS
Leer
Columnas:
Crónica
JUAN MANUEL GARCÍA
Las Rayas de la Cebra
VERÓNICA MURGUíA
Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA
Cinexcusas
LUIS TOVAR
Corporal
MANUEL STEPHENS
El Mono de Alambre
NOÉ MORALES MUÑOZ
Cabezalcubo
JORGE MOCH
Mentiras Transparentes
FELIPE GARRIDO
Al Vuelo
ROGELIO GUEDEA
Directorio
Núm. anteriores
[email protected]
|
|
Juan Manuel García
Escuchar rock en Buenos Aires
La Trastienda Club está repleta, a todo lo que da. La niña mala del rock argentino, Fabiana Cantilo, tarda en aparecer. Serán quinientas personas en un lugar donde cabe poco más de la mitad. Niñitos indie, niñas bien, pibes y minas en furor por la Fabi , porque a esta rockera se le perdona casi todo.
Y decir casi todo se refiere a que hace poco hizo destrozos en un hotel del interior, o que de un momento a otro se le olvide la letra de una canción y maldiga a diestra y siniestra para de ahí salir volando a un centro de rehabilitación psiquiátrico. Ahora es diferente, los fans la idolatran y parecen ávidos de corear las canciones de su último disco, Hija del rigor, producido por Fito Páez, donde la cantante ha compuesto todas las letras y diseñado el concepto gráfico del CD –aparece vapuleada, con unos cuantos moretones.
La cantante toma el escenario con embeleso, surgida de sus cenizas, clásica escorpiona que renace luego de una y mil recaídas.
Hija del rigor/alumna muy torpe/hago todo mal/y sólo aprendo a los golpes.
Tengo que tomar/mucha medicina/para soportar/los tomatazos del día.
Cantilo bailando una danza suave, Cantilo emocionando con cada gesto. Cantilo, la cantante de culto y voz ronca, que se ha formado a fogonazos, desde aquel 1988 cuando sacó Fabi y los Perros calientes. De ahí su carrera ascendería en el rubro de lo under, de lo extraño, aunque a varios de los rockeros actuales o más comerciales se les llene la boca de decir que compartieron escenario con ella. Páez y Charly García han dicho maravillas de su trayectoria, es quizá a una de las pocas mujeres del canto que respetan. El propio Páez mantuvo con ella un romance intenso, de ésos de cortarse las venas. Se cuenta que le compuso el tema “El amor después del amor”, famoso allá por 1992, justo cuando rompieron y él se consoló con Cecilia Roth.
Casi no habla. La Cantilo habla muy poco; no es necesario, pues los temas estallan uno tras otro y hay canciones de otras producciones como Inconsciente colectivo (2005). Pocos pueden bailar, se apretujan, se mueven una y otra vez, bamboleándose y dándose equilibrio entre todos, como en una cubeta llena de cervezas. Para unos, La Trastienda Club es un lugar “cheto”; “fresa”, diríamos en México, mientras que para otros es un buen lugar de la movida indie, donde está lo mismo una banda que ha alcanzado prestigio por el marketing, que unos desconocidos. San Telmo, la zona donde se ubica el lugar, es una de las áreas a las que los argentinos le han pintarrajeado un cariz intelectual, y el rock como el jazz, la bossa nova y el trasnochado tango son oferta común de los bares y restaurantes o cafetines que rodean las calles de Bolívar, Perú, Balcarce, Defensa y Estados Unidos.
Luego de una hora, la nube de humo de los cigarrillos y los porros es una masa pegajosa que cala en los ojos. Intento ponerme a un lado para respirar lo irrespirable.
Voy a hacer una huelga de dos días/ hasta que un chico aparezca a buscarme/
voy a hacer una huelga y un quilombo en el Obelisco para que venga a buscarme/
Oh no, qué horror/sólo fue un chiste/Oh no, qué horror /tampoco me quiero hacer la lady/.
Voy a hacer una gran convocatoria de la prensa para que él venga a buscarme/
voy a hacer una huelga de insomnio/hasta que amanezca y venga a buscarme/.
Suena “Obelisco” como despedida y, mientras, un mozo me mira perplejo porque llevo rato fregándolo con que me traiga limones y sal para mi cerveza. “Pero che, te voy a traer un litro de jugo de limón entero, mejor disfutá de la Fabi , mirala, que aún tiene carne para rato, ¿eh? Ese Páez es un boludo, mirá que dejarla ir”, me dice. Yo pienso en las letras de las canciones, en Evita, en el Che, en Perón, en Borges, en Cortázar, en Sábato, en esta borroneada Europa de América, que luego de su dictadura militar y sus vapuleos económicos, sí que es una auténtica hija del rigor.
|