Madrid. La coalición de izquierdas Sumar, a la cual se integró Podemos, reclamó ayer al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) la “falta de ambición” para sentarse a negociar cuanto antes con las formaciones nacionalistas vascas, catalanas y gallegas la investidura como presidente del gobierno de Pedro Sánchez, quien está de vacaciones desde hace semana y media y sigue sin retomar su agenda pública.
En tanto, su principal adversario de la derecha, el candidato del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo, comenzó a maniobrar a varias bandas para intentar que el rey Felipe VI, en su calidad de jefe del Estado, le encomiende presentarse a la investidura en el Congreso de los Diputados, lo que forzaría la primera votación y pondría en marcha la nueva legislatura.
Mientras el PP está dispuesto a ir a la investidura con los 172 votos a favor que tiene garantizados: los 137 que obtuvo en las elecciones del 23 de julio, más los 33 de Vox, el escaño de Unión del Pueblo Navarro y otro de Coalición Canaria, en el PSOE aún no hay movimientos públicos para acercar posiciones con el independentismo catalán y vasco, que tienen los votos necesarios para sacar adelante la formación de un nuevo gobierno.
El vocero de Sumar, Ernest Urtasun, cuestionó la “falta de ambición” de la cúpula socialista ante las primeras ofertas que han recibido para garantizar los apoyos del nacionalismo. “Las propuestas son insuficientes, queremos compromisos ambiciosos y hasta ahora desde el PSOE no están planteando medidas concretas. Pero estoy convencido de que va a haber un gobierno de coalición”, señaló.
En medio de estas negociaciones, la Sala de Vacaciones del Tribunal Constitucional decidió “no admitir” a trámite, con dos votos a favor y uno en contra, un recurso presentado por el ex presidente catalán Carles Puigdemont contra su orden de detención, dictada el pasado 13 de junio por el juez del Tribunal Supremo Pablo Llareno.
Puigdemont, quien reside en Bélgica desde noviembre de 2017 tras la fallida declaración unilateral de independencia, sigue siendo el líder de Junts per Catalunya (JxCat), que tiene siete diputados en el Congreso de los Diputados, que son cruciales para sacar adelante una futura investidura de Sánchez, o en su caso bloquearla y forzar así nuevas elecciones generales.