La lucha revolucionaria impulsó un movimiento artístico que sacó las pinturas de los museos y galerías, donde eran inaccesibles para la población. Muros en blanco fueron entregados a idealistas con pinceles que expresaron la identidad nacional en espacios públicos. La muestra A un siglo del nacimiento del muralismo mexicano, que se exhibe en la galería digital Memórica, explora el surgimiento de una expresión que “ha sido tan trascendental en la historia del arte universal que no podemos pasarlo desapercibido”.
En palabras de la curadora Iliana Ortega con motivo del centenario del muralismo, “se da visibilidad a un fenómeno artístico mexicano que no tiene igual en el mundo, ha sido la expresión del arte nacional que más se ha conocido”.
En la pantalla de computadoras y celulares las pinturas pueden agrandarse para recorrerlas con detalle, apreciar los colores, conocer las técnicas para su creación, acompañadas con textos informativos sobre el contexto histórico y sus autores, además de apreciar documentos y datos curiosos.
El criterio curatorial, explica, “decidió centrarse en lo que estamos festejando: el inicio del muralismo, comprender desde una manera muy sencilla el contexto histórico, así como quiénes fueron esos primeros artistas a quienes encargaron los murales, ver a través de los recursos digitales cómo evolución el contenido”.
Ortega apunta que “el muralismo es de esos movimientos artísticos que responden directamente a la situación social y política del país, que corresponde a la posrevolución. Es muy importante comprender la relación arte-Estado”. Surgió con la fuerza de representar la historia con los matices de injusticia, así como valorar a quienes padecían la injusticia social: indígenas, campesinos y obreros fueron los protagonistas en estos muros.
La plataforma Memórica: México, haz Memoria es un repositorio con archivos digitales relacionados con la historia y expresiones culturales de nuestro país. La iniciativa del gobierno nacional propone fomentar el derecho a la memoria con documentos que provienen de diversas instituciones públicas y privadas, los cuales están disponibles al público de manera gratuita en el sitio www.memoricamexico.gob.mx
El ex presidente Álvaro Obregón y José Vasconcelos, primer secretario de Educación, cuentan con un segmento especial dedicado a ellos, pues ambos impulsaron la iniciativa muralista como parte de una gran campaña educativa nacional. Con la incursión idealista en el arte se incentivó a crear pinturas de corte nacionalista, en las que se incorporó el universo indígena y campesino, que había sido ignorado en el arte o incluido en escenas costumbristas, ajenos a la conformación de la identidad nacional.
“Hasta antes de este momento, el arte se veía en museos y galerías, copiaba los estilos europeos, no había una expresión con tanta fuerza del tema mexicano. Otro punto fundamental del muralismo –y que persiste hasta nuestros días– es que estaba fuera del alcance de todos los mexicanos. La idea consistió en estas piezas no sólo con contenido de tema nacional, con énfasis en nuestro pasado precolombino, sino que también estuviera en espacios públicos, que la gente pudiera caminar, entrar sin pagar un boleto.”
Al principio, con el impulso de las ideas de Vasconcelos, las obras no eran tan nacionalistas ni recreaban el problema agrario o el contexto precolombino, eran más filosóficas. “Es importante honrar a aquellos artistas que hicieron los primeros murales a partir de 1922. El primero fue de Roberto Montenegro, con El árbol de la vida, en 1922”. También Ramón Alva de la Canal, Jean Charlot, Amado de la Cueva y Fermín Revueltas.
“La exposición también rinde honor los tres grandes maestros, David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco y Diego Rivera, quienes no podían faltar, pero los representamos con sus primeras obras.”
La encargada de la investigación y curaduría llama la atención sobre un singular documento que pocas veces se ha podido apreciar. Se trata del manifiesto del Sindicato de los Obreros Técnicos, Pintores y Escultores que publicaron en El Machete, su órgano de difusión. La proclama es de fuerte intención política, con posturas de tendencias radicales que determinarían la ejecución de las obras, por ejemplo, el repudio a la pintura de caballete, la socialización del arte, la destrucción del individualismo burgués, la materialización de un arte para el pueblo y producir belleza que impulsara la lucha.