Ciudad de México. El regreso a clases presenciales está resultando difícil para algunos alumnos de los niveles superior y medio superior, quienes se habituaron muy rápido al formato virtual y ahora dependen en exceso de los dispositivos electrónicos para su aprendizaje, advirtieron académicos e investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
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Raúl Piña, profesor de la licenciatura en filosofía de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, señaló que en los primeros días del regreso a la presencialidad muchos estudiantes están teniendo complicaciones para adaptarse a las aulas, tras un periodo de al menos dos años de clases a distancia.
“Noté que algunos alumnos que eran muy participativos en el modo virtual –aunque apagaran la cámara y sólo intervinieran con su voz–, ahora están completamente callados en el regreso a clases presenciales, y cuando les pregunté sobre el cambio en su actitud, la mayoría me dijo que no se sentían cómodos. Como si salir de su casa los hiciera sentir expuestos”, señaló el docente.
Debido en gran parte al confinamiento generado por la pandemia de covid-19, estimó, algunos estudiantes “llegan con la idea de que todo tiene que ser a través de dispositivos electrónicos, sobre todo quienes tienen un carácter más tímido”, por lo que en este momento trata de fomentar más las actividades de debate en clase y escritura a mano.
Se pausaron ciertas capacidades
Aunque celebró que la tecnología “es una herramienta maravillosa”, el también profesor del Colegio de Bachilleres consideró que puede “jugarnos en contra si se dejan de desarrollar ciertas capacidades o competencias de socialización o de escritura”.
Al respecto, Roberto Rodríguez Gómez, especialista del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, subrayó que la presencialidad resulta muy favorable no sólo para la transmisión de conocimientos, sino también para el intercambio de opiniones con alumnos y profesores “de manera viva y dinámica”.
Una gran cantidad de estudiantes, recalcó, “estuvieron confinados durante dos años o más, de manera que para ellos es una novedad la incorporación a salones de clase. Este tiene que ser un proceso gradual, donde debe haber flexibilidad y comprensión por parte de los docentes y las autoridades”.
El investigador subrayó que las generaciones más recientes “están en contacto con medios digitales desde que nacen, tanto para el entretenimiento como para la comunicación y el aprendizaje. No sé si hay una dependencia, pero sí la costumbre de obtener información en estos medios y eso tendrá efectos”.
Uno de ellos, dijo, es que “disminuye la familiaridad con los medios tradicionales de estudio, como el cuaderno y el libro. Debe haber un ajuste de ambos lados: de quienes nos encargamos de impartir contenidos educativos y de los estudiantes, porque hasta ahora quizá no hemos logrado un balance adecuado”.