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Cultura

2022-07-27 06:00

Donato Ndongo deposita su legado en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes

Donato Ndongo es el primer escritor africano en entrar a este limbo de la literatura y el arte ubicado en Madrid.
Donato Ndongo es el primer escritor africano en entrar a este limbo de la literatura y el arte ubicado en Madrid. Foto cortesía del Instituto Cervantes/ Miguel Alcalde
Periódico La Jornada
miércoles 27 de julio de 2022 , p. 6a

Madrid. Donato Ndongo es un periodista y escritor nacido en Guinea Ecuatorial, en 1950, y desde ayer se convirtió en el primer literato africano en depositar un legado en la Caja de las Letras de la sede central del Instituto Cervantes. El intelectual eligió las ocho primeras ediciones de sus obras más importantes y representativas, así como un sobre cerrado con un texto aún sin desvelar. “Mi alma desborda una inmensa gratitud al comprobar que esa obra y la trayectoria que la sustentan son lo bastante sólidas para suscitar interés y no sólo desde la curiosidad intelectual, sino por un creciente público en los más variados ámbitos culturales”, declaró Ndongo.

Ndongo nació en una pequeña aldea, Niefang, antes conocida como “Sevilla de Niefang”, situada en la falda del Parque Nacional del Monte Alén, una de las principales reservas de la biosfera de Guinea Ecuatorial, que es además el único país africano con el español como idioma oficial. El propio Ndongo es uno de los estudiosos africanos de esta lengua más reconocidos, con una larga trayectoria como escritor, periodista y profesor, incluso ha dado clases en diversas universidades de España, Estados Unidos y África.

La Caja de las Letras forma parte de la historia del Instituto Cervantes, cuya sede central es el edificio de un antiguo banco, con su caja de seguridad acorazada y los inmensos bloques de hormigón y de acero para resguardar los objetos valiosos que antes se guardaban allí. Ahora ese espacio se ha reconvertido en un lugar para conservar la memoria y los mensajes de escritores y personalidades del arte panhispánico, pero también de otras latitudes.

Su director, Luis García Montero, destacó el “valor significativo” de incorporar a Ndongo a la Caja de las Letras porque “hay mucha presencia de escritores latinoamericanos, pero para tener completa la herencia de la comunidad hispánica era importantísimo recibir el magisterio de la cultura ecuatoguineana”.

En su discurso, Donato Ndongo reveló los “dos sentimientos que anegan y rebosan mi espíritu”, la sorpresa, pues se declaró “acostumbrado a un clamoroso silencio, persuadido de que el trabajo que realizo es irrelevante para determinados círculos” y, en segundo lugar, el agradecimiento, “mi alma desborda una inmensa gratitud al comprobar que esa obra y la trayectoria que la sustentan son lo bastante sólidas para suscitar interés y no sólo desde la curiosidad intelectual, sino por un creciente público en los más variados ámbitos culturales”.

Ndongo se tuvo que exiliar en España desde 1994 por su oposición al gobierno de Guinea Ecuatorial, de la dinastía de Teodoro Obiang, y desde entonces es colaborador en diversos medios españoles, además de realizar una importante labor de difusión del africanismo. Sobre su condición de perseguido por el régimen de su país, Ndongo explicó que “sólo me dedico a escribir, si en algún momento pareció que asumía otros cometidos se debía a las terribles circunstancias que padecemos los ecuatoguineanos tras casi dos siglos de opresión colonial y otro medio siglo anquilosado por una tiranía que no aporta ni libertad ni prosperidad”.

En cuanto a su ingreso en ese limbo de la palabra y la herencia cultural que es la Caja de las Letras, Ndongo añadió que “el español ya no es propiedad exclusiva de los castellanos, de los españoles o de los criollos hispanoamericanos; y como ecuatoguineano y africano de estirpe bantú, tengo la obligación de cuidarlo y preservarlo porque esa es mi lengua y mi cultura tanto como el fang”.

El legado, que fue depositado en la caja número 708 y cedido a perpetuidad al Instituto Cervantes, lo componen las primeras ediciones de algunas de sus obras más significativas: los ensayos Historia y tragedia de Guinea Ecuatorial (1977) –acompañado por la redición de 2019 de Casa África–, y España en Guinea: construcción del desencuentro, 1778-1968 (1998); las novelas Las tinieblas de tu memoria negra (1987), Los poderes de la tempestad (1997) y El metro (2007); el libro de cuentos El sueño y otros relatos (2017), así como su poemario Olvidos: Poemas (2016) y la Antología de la literatura guineana (1984).

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