Con la proyección de que los altos precios del petróleo se prolongarán más allá de las estimaciones originales, el presidente Andrés Manuel López Obrador reivindicó su política energética, la cual permitirá la refinación en México de todo el combustible que se consume, para que en 2023 ya no se importen gasolinas. La rehabilitación de seis refinerías para duplicar su producción; la construcción de la refinería Olmeca y adquirir Deer Park son claves en un proceso que representará un “gran desafío”.

No será fácil alcanzar el objetivo, reconoció, en virtud de que la reactivación de la economía genera un mayor consumo de combustible y, “como no les resulta a los importadores que tienen permisos, ellos no están introduciendo gasolinas, es Pemex la que está garantizando el abasto”.

En la última etapa del periodo neoliberal se desplomó la extracción de petróleo de 3.4 millones de barriles diarios a 1.7 millones al inicio de su administración, censuró.

Inversión de 50 mil mdp

Contrario a la tendencia mundial en la cual se abandonó la refinación del petróleo con la expectativa de la transición energética, México optó por reforzar este sector canalizando “40 mil, 50 mil millones de pesos” en la rehabilitación de seis refinerías. Cuando asumió el cargo producían al 30 por ciento de su capacidad “y las tenemos al doble, al 60, y las vamos a llevar a más de 80 por ciento, con todo lo que hemos invertido”.

El Presidente anunció las fechas de inauguración de las dos plantas coquizadoras que se construyen para apuntalar la capacidad productiva: en Tula, hacia finales de 2023, y en Salina Cruz, en agosto de 2024.

Explicó que la corrupción y abandono de refinerías tuvo expresiones extremas: en su momento se determinó la “reconfiguración” de tres (Madero, Cadereyta y Minatitlán) con una inversión de 8 mil millones de dólares. Al terminar el sexenio, las tres refinerías que no fueron reconfiguradas (Salina Cruz, Tula y Salamanca) producían más que donde se invirtieron recursos.

López Obrador admitió la complejidad de “levantar” la industria petroquímica, la cual fue abandonada y en su empeño por privatizarla dejaron sólo chatarra. Resaltó la situación de los complejos de Cangrejera y Pajaritos a las cuales dejaron sin suministro de gas para poder entregarlo a la empresa Odebrecht.