Chihuahua, Chih. Los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín Mora Salazar fueron asesinados la tarde del lunes en la iglesia del poblado de Cerocahui, en el municipio serrano de Urique, junto con el guía de turistas Pedro Eliodoro Palma Gutiérrez; los pistoleros se llevaron los cuerpos, informó ayer el gobierno de Chihuahua.
El obispo de la diócesis de Tarahumara, Juan José González Sandoval, exigió a las autoridades recuperar los cadáveres, sustraídos de la parroquia San Francisco Javier Cerocahui.
La Fiscalía General del Estado (FGE) informó que Palma Gutiérrez, de 60 años, propietario de la empresa Tara Aventuras, había sido secuestrado pasadas las 13 horas del lunes, cuando comía en el hotel Misión Cerocahui.
Ricardo Palma, hijo del guía turístico Pedro Heliodoro Palma, denunció en Twitter que sujetos armados habían secuestrado a varios turistas y a su papá, quien posteriormente fue ultimado junto con los sacerdotes.
La versión oficial refirió que a la línea de emergencia 911 reportaron la privación de la libertad de dos hombres, identificados como Paul Osvaldo B. y Armando B., una mujer y un menor, en Cerocahui, así como el triple homicidio, denuncias que fueron ratificadas el martes por familiares de las víctimas.
En un comunicado la fiscalía precisó que cerca de las 18 horas del lunes se recibió el informe de tres personas asesinadas en Cerocahui, entre ellos Pedro Heliodoro Palma, quien, según una primera versión de las autoridades, buscó refugio en la iglesia para escapar de presuntos sicarios. “El victimario lo agredió en el interior, al igual que a dos sacerdotes que se encontraban en el templo”, precisó.
“Los dos religiosos se convirtieron en víctimas circunstanciales de hechos, de los cuales se desconoce al o los responsables, y fue desplegado un operativo a fin de esclarecer dos casos: el secuestro de cuatro personas y un segundo hecho en el que tres hombres fueron privados de la vida”, reportó la FGE.
Por su parte, el obispo de la diócesis Tarahumara, Juan Manuel González Sandoval, declaró: “El padre Javier Campos y el padre Joaquín Mora estuvieron en el lugar y el momento equivocados, y fueron asesinados cuando ambos estaban cumpliendo su deber de ayudar y socorrer física y espiritualmente a una persona que estaba perdiendo la vida”.
El sacerdote jesuita Javier Ávila Aguirre, narró: “Salieron a ver qué sucedía, cuando un pistolero disparó a un hombre que perseguía; uno de los sacerdotes se acercó inmediatamente para prestarle auxilios espirituales, y en ese momento abrieron fuego en su contra.
“El otro sacerdote –continuó– se acercó al delincuente, que lo conoce porque es el líder de esa región, a calmarlo, y le dijo: ‘Cálmate, espérate’, pero también lo mató; llegó un tercer sacerdote y a él no le hizo nada, según testimonios que me hicieron llegar”.
Ávila Aguirre detalló que “(el delincuente) iba muy fuera de sí, drogado, alcoholizado. El presbítero le dijo: ‘Déjame los cuerpos, por favor, no te los lleves, pero le importó muy poco, los aventaron a una camioneta y se los llevaron”.
En la conferencia mañanera de ayer, el presidente Andrés Manuel López Obrador informó que ya se investigaba el homicidio de dos jesuitas y que “parece que se tiene información ya sobre los posibles responsables”.
(Con información de Emir Olivares y Alonso Urrutia)