Ciudad de México. El origen del racismo en América Latina tiene vínculos con la misoginia, pues los mismos argumentos que han servido históricamente para menospreciar a las mujeres, se han utilizado de manera simbólica para sojuzgar a los indígenas y afrodescendientes, señaló la académica feminista Karina Ochoa.
Al impartir una conferencia magistral organizada por el Centro de Investigaciones y Estudios de Género de la UNAM, la docente de la Universidad Autónoma Metropolitana-Unidad Azcapotzalco subrayó que muchos de los mecanismos de dominación que los europeos le han impuesto a los pueblos originarios derivan de la violencia de género.
“Muchos de esos dispositivos, aplicados a mujeres occidentales y a los musulmanes, son migrados a los territorios amerindios y se ponen en marcha sobre poblaciones enteras”, dijo la experta en feminismo descolonial, quien señaló que tanto la “feminización” de los pueblos indígenas como la “bestialización” de los afrodescendientes es lo que permite después el genocidio de dichos pueblos.
Durante su conferencia, la académica hizo un recorrido teórico sobre los orígenes del poder y la dominación, en el cual destacó que los poderosos adquieren esa categoría no sólo al perpetuar su capacidad de sobrevivencia, sino también la facultad de decidir la vida o la muerte de los grupos a los que considera “peligrosos” por ser diferentes.