La secretaría ejecutiva del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna), presentó ayer una estrategia para la prevención de la explotación sexual comercial de menores de edad, ilícito que catalogó como uno de los delitos de mayor impacto humano y social, que afecta “de manera focalizada a niñas y adolescentes mujeres”.
Frente a la “tendencia creciente” de este delito, expuso que las acciones en este renglón deben contar con enfoque de género.
La dependencia alertó que las principales modalidades de este tipo de delito se presentan por redes sociales (28 por ciento), seguido de la utilización de menores para prostitución (25 por ciento), para pornografía (23 por ciento), para la producción, promoción y distribución de pornografía infantil (19 por ciento) y por la captación forzada por la delincuencia organizada (18 por ciento).
La mayoría de los probables responsables son familiares o conocidos, seguidos de grupos de la delincuencia y de usuarios de redes sociales.
Para la elaboración del programa se consultó a “actores estratégicos”, quienes aportaron 2 mil 149 respuestas, 94 por ciento provenientes del sector gubernamental y el resto de la sociedad civil.
Yuriria Álvarez Madrid, consultora de Eurosocial+, alertó que las principales causas de explotación sexual comercial de menores están relacionadas con la pobreza y la desigualdad, la discriminación y la violencia de género.