En un mundo cada vez más industrializado, las tradicionales técnicas de producción de fibras como el agave, prácticamente han desaparecido. Por ese motivo, también se están perdiendo las habilidades para elaborar objetos cotidianos con materiales naturales, considera la artista Trine Ellitsgaard (Dinamarca, 1954), cuyo proyecto más reciente se aloja en la galería Blackman Cruz, en Los Ángeles, California, Estados Unidos.
Su colección Agave reúne una serie de piezas de arte sustentable, creadas a partir de los residuos producidos por la industria del mezcal.
“Si tú no cuidas una tradición, ésta se extingue, por lo que necesitamos cambiar nuestra forma de pensar sobre lo que usamos y cómo lo usamos”, dice la creadora.
Tras la creciente popularidad de esta bebida, Ellitsgaard, quien reside y trabaja en Oaxaca desde hace 35 años, notó que los destiladores sólo usaban el corazón de la planta de espadín, mientras las hojas se descomponen en la tierra, alterando el frágil ecosistema, por lo que la creadora textil “trabajó con la fibra del agave debido a su interés en la innovación y las fibras naturales”, informó la galería en un comunicado.
Trine colaboró con Hermano Maguey, organización sin fines de lucro de impacto social local, para encontrar una forma creativa de resolver ese problema. Además, adquirió una máquina para extraer fibras de las hojas desechadas de espadín.
Después, hilaron la fibra a mano, la tiñeron con pigmentos naturales como la cochinilla y el índigo, y la tejieron en tapices en el pueblo zapoteco de Teotitlán del Valle, Oaxaca, que tiene una larga tradición en la fabricación de textiles hechos con telares manuales.
A medida que cada pieza pasa por tantas manos, el resultado es una creación única que trae las tradiciones del pasado al presente.
David Cruz, representante de Blackman Cruz, explicó que con sus diseños minimalistas y su pasión por la sustentabilidad, Trine “entreteje la cultura de Oaxaca en sus alfombras creando una expresión auténtica de México que es hermosa y llamativa”.
La filosofía de diseño de la colección Agave –añadió Cruz– tiene sus raíces en las tradiciones de la tierra natal de Ellitsgaard, donde las alfombras son una parte integral de las artes decorativas danesas.
“Su lenguaje es minimalista: hay patrones geométricos simples que cuentan la historia de una fibra que se ha utilizado en textiles desde la época prehispánica.
“Lamentablemente, la tradición de usar fibras fuertes de agave para hacer cuerdas, bolsos y hamacas ha sido remplazada por plásticos, y las habilidades para producir estos objetos cotidianos con materiales naturales han desaparecido.
“La colección Agave es la forma de Ellitsgaard de preservar los textiles tradicionales y arrojar luz sobre un mundo interrumpido por la industrialización.”
Por su parte, la artista puntualizó que con esta iniciativa también hace un llamado a las personas para que “cuiden a la naturaleza”.
Trine Ellitsgaard creció en Dinamarca, donde se formó y trabajó de tejedora. Hace 35 años, conoció en París a su esposo, el artista Francisco Toledo (1940-2019), y se mudó a Oaxaca, ciudad en la que reside y continúa con su labor creativa. Además, ha expuesto en varios museos mexicanos y de Europa.
Ellitsgaard y su familia resguardan el legado de Toledo en México, integrado por algunas instituciones oaxaqueñas como el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca y el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo.