Londres. El Teatro Bolshoi de Rusia molestó a los aficionados a la ópera y al ballet al cancelar de manera abrupta una serie de espectáculos de directores que se han manifestado en contra de la guerra en Ucrania.
El teatro no dio ninguna razón para cancelar la producción de Timofey Kuliabin de la ópera Don Pasquale y el ballet Nureyev, de Kirill Serebrennikov.
Kuliabin empleó su cuenta de Instagram para expresar su solidaridad con Ucrania y ridiculizar la descripción que hace Rusia de sus acciones. En una de sus publicaciones, mostró una versión burlada de la portada de Guerra y paz, de León Tolstoi, sustituyendo la primera palabra del título por “Operación Especial”, término utilizado por el Kremlin para describir la invasión.
Serebrennikov declaró a France 24 en una entrevista el mes pasado que “es bastante obvio que Rusia empezó la guerra. Es una guerra, está matando gente, es lo peor que puede pasar con la civilización, con la humanidad. Son ríos de sangre”, dijo.
Ambos directores se encuentran actualmente fuera de Rusia.
La sustitución de los dos espectáculos por El barbero de Sevilla y Espartaco, dos clásicos del repertorio del Bolshoi, suscitó cientos de comentarios en línea, en su mayoría críticos, de los espectadores. Muchos exigieron en vano conocer el motivo.
“¡Qué falta de respeto a los espectadores y a los artistas!”, escribió una mujer en Telegram.
Hubo especial indignación por la cancelación de Nureyev, de Serebrennikov, controvertida producción que se estrenó en el Bolshoi en 2017. La historia del bailarín Rudolf Nureyev, quien desertó a Occidente en 1961, incluía una tierna escena con su amante gay que ponía a prueba la tolerancia del Kremlin con lo que llama “propaganda homosexual”.