Melissa Lucio, estadunidense de origen mexicano, madre de 14 hijos, lleva casi tres lustros en el corredor de la muerte en Texas. Y, a menos que las autoridades detengan su condena, el 27 de abril puede convertirse en la primera latina ejecutada en la historia de ese estado.
Su caso ha provocado una ola de solidaridad de organizaciones, políticos, artistas y gobiernos que piden que se frene su ejecución, debido a que su juicio estuvo plagado de irregularidades.
Lucio, de 53 años de edad, está acusada del homicidio de su propia hija Mariah, quien tenía dos años de edad en 2007, cuando ocurrió el deceso en el poblado de Harlingen, Texas, a menos de 50 kilómetros de la frontera con Matamoros, Tamaulipas.
El 17 de febrero de ese año, Mariah murió mientras dormía. Cuando la familia se dio cuenta, llamó a los servicios de emergencia para pedir ayuda. Los paramédicos preguntaron a Melissa qué había pasado y ella les contestó que dos días antes la niña se había caído por la escalera de entrada a la casa, que tenía 14 peldaños. No les explicó que se refería a la de la vivienda anterior, de la que se estaban mudando el día que ocurrió el accidente.
Aunque desde el principio Melissa Lucio ha mantenido su inocencia, la policía sospechó desde el primer momento que ella mató a golpes a su hija, cuyo cuerpo presentaba moretones.
Confesión “extorsionada”
Las anomalías del proceso judicial que se siguió contra Lucio cobraron notoriedad tras el estreno del documental El estado de Texas vs. Melissa, de Sabrina Van Tassel, estrenado en 2020, el cual muestra que el fallecimiento de la niña pudo haber sido el resultado de un accidente, no de un asesinato.
Cuando fue detenida, horas después de encontrado el cuerpo de la menor, Lucio fue sometida a un largo interrogatorio policiaco. Ella respondió que “no lo había hecho, casi cien veces”, pero a eso de las 3 de la mañana hizo una confesión “completamente extorsionada”, según Van Tassel.
Esa confesión fue “lo único que tuvieron en su contra”, dijo la realizadora, convencida de que “no hay nada que conecte a Melissa Lucio con la muerte de su hija, no hay ADN, no hay testigos”.
Melissa es una sobreviviente de abuso sexual y violencia doméstica que ha sufrido a lo largo de su vida desde los 6 años, de acuerdo con la organización Red Inocente. “Su historial de abuso la hace especialmente vulnerable a las tácticas coercitivas y confesiones falsas. La noche en que murió su hija menor fue interrogada e intimidada durante cinco horas, hasta que finalmente dijo: ‘supongo que lo hice’, para que los detectives pusieran fin al interrogatorio”.
Una incapacidad física que volvía inestable a Mariah cuando caminaba, y que pudo explicar su caída, no fue tomada en cuenta por los expertos, según la defensa de Lucio, que también argumentó que los hematomas pudieron haber sido causados por un trastorno de la circulación sanguínea.
Lucio era madre de 12 cuando fue arrestada y estaba embarazada, en espera de mellizos, que dio a luz en la cárcel y tuvo que dar en adopción.
El estado de Texas no presentó evidencia física que estableciera que Melissa abusó de Mariah o de alguno de sus hijos, ni ninguno de ellos la ha acusado jamás de maltrato, de acuerdo con medios locales. En tanto, el fiscal que llevó su caso hoy está en prisión por corrupción y extorsión.
Se movilizan personalidades
Personalidades como Kim Kardashian se movilizaron en favor de Melissa Lucio. Y numerosos medios de Latinoamérica recogieron su historia.
El gobierno francés pidió ayer a las autoridades estadunidenses que suspendan la ejecución. “Francia recuerda su constante oposición a la pena de muerte, en cualquier parte y en cualquier circunstancia”, declaró el vocero adjunto del Ministerio francés de Asuntos Exteriores.
La ex candidata presidencial Christiane Taubira dijo hace unos días que Lucio es probablemente “víctima de un error judicial”.
La Jornada pidió a la Secretaría de Relaciones Exteriores conocer si México hace alguna gestión respecto al caso, pero la respuesta seguía pendiente al cierre de esta edición.