Austin, Texas. El gobernador de Texas, Greg Abbott, revocó el viernes la orden de inspección de camiones de carga que obstruía el tránsito de los vehículos comerciales en la frontera entre Estados Unidos y México, tras una semana de fuertes repercusiones y temores de graves pérdidas económicas.
El gobernador republicano desistió de las normas que exigían que todos los camiones comerciales procedentes de México se sometieran a una inspección adicional a la federal, con el argumento de frenar el flujo de migrantes y drogas, una medida que agudizó su disputa con el gobierno del presidente Joe Biden sobre la política de inmigración.
Abbott, quien busca ser relegido en noviembre y ha hecho de la frontera su tema principal, levantó por completo las inspecciones más rigurosas aplicadas desde el 8 de abril, tras alcanzar acuerdos con los estados mexicanos colindantes, los cuales –según él– esbozan nuevos compromisos en materia de seguridad fronteriza.
El último pacto se firmó el viernes con el gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, quien había manifestado que las revisiones eran excesivamente rigurosas y causaban estragos.
El acuerdo exige que el gobierno de Tamaulipas, ubicado en la parte más oriental de la frontera entre Texas y México, aumente los esfuerzos de seguridad contra la inmigración indocumentada y el contrabando de drogas, dijeron Abbott y el gobernador García Cabeza de Vaca, durante una conferencia de prensa en Weslaco, Texas.
En la semana se concretaron acuerdos similares con los gobernadores de Nuevo León, Chihuahua y Coahuila, los otros tres estados mexicanos que comparten frontera con Texas, y en medio de la presión de los grupos empresariales. No obstante, el republicano amenazó con reinstalar las inspecciones unilaterales, si las autoridades mexicanas no actúan para detener la migración indocumentada.
La presión para que Abbott diera marcha atrás fue creciendo a medida que se agravaba el atasco en la frontera y aumentaba el descontento. Algunos camioneros informaron que habían esperado más de 30 horas para cruzar. Otros bloquearon uno de los puentes comerciales más transitados del mundo en señal de protesta.
La Asociación Estadunidense de Camiones calificó como “totalmente defectuoso” el esquema de inspección, “sin sentido y equivocado”, que obstruyó las fronteras. “El gobernador Abbott es directamente responsable de aplicar estas nuevas inspecciones sin sentido en nuestra industria, así como del impacto adverso que están teniendo en la economía y en los trabajadores estadunidenses, incluidos los camioneros”, dijo el presidente y director ejecutivo de la Asociación, Chris Spear.
La frontera entre Estados Unidos y México es crucial para las economías de ambos países. El año pasado, Estados Unidos importó de México productos por valor de 390 mil 700 millones de dólares, una cifra sólo superada por China. Y es en Texas donde se encuentra la mayor línea colindante, con mil 931 kilómetros de frontera, más que en cualquier otro estado.
Del lado mexicano, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), calculó en 8 millones de dólares las pérdidas diarias a raíz del atasco por las exhaustivas revisiones.
Texas comenzó los controles después de que el gobierno de Biden dijera que las restricciones a las solicitudes de asilo en la frontera que fueron impuestas por la pandemia se levantarían el 23 de mayo.
Los policías estatales examinaron más de 6 mil vehículos comerciales en la última semana, según el Departamento de Seguridad Pública de Texas. Casi uno de cada cuatro camiones fue retirado de la carretera por infracciones graves que incluían neumáticos y frenos defectuosos, dijo la agencia, que no mencionó que en las inspecciones se encontraran migrantes o drogas.