Santiago. El debut del gobierno de Gabriel Boric en la atención “del conflicto entre el Estado chileno y un pueblo (mapuche) que tiene derecho a existir”, según su descripción al asumir el cargo, resultó un fiasco cuando la visita de la ministra del Interior, Izkia Siches, a la comunidad indígena de Temocuicui, en la región de La Araucanía, 600 kilómetros al sur de Santiago, se frustró cuando varios individuos le impidieron llegar e hicieron disparos al aire.
La caravana de la ministra transitaba ayer por un camino rural a media mañana, cuando se topó con un vehículo incendiado que bloqueaba el paso, mientras en las inmediaciones comenzaron a sucederse múltiples disparos. La comitiva, en la cual viajaban medios de prensa que registraron los hechos, debió dar media vuelta y retroceder hasta la ciudad de Ercilla, donde Siches fue refugiada en un cuartel policial por sus escoltas.
Ninguna organización reivindicó lo sucedido.
En Temocuicui, comunidad autónoma a la cual es imposible que ingresen policías o burócratas del Estado, porque son enfrentados y expulsados, la ministra se reuniría con Marcelo Catrillanca, padre de Camilo, joven mapuche asesinado en 2018 por un carabinero de un balazo en la cabeza, cuya muerte quiso ser encubierta como un enfrentamiento armado durante el gobierno de Sebastián Piñera.
Pese a todo, Siches pudo concretar el encuentro en la municipalidad de Ercilla, a la cual se trasladó tras salir del cuartel policial, y publicó en redes sociales el siguiente mensaje: “Conversamos con Marcelo Catrillanca, padre de Camilo, en una reunión importante dentro de la jornada en la que buscamos establecer diálogo con víctimas, territorios y autoridades. Con más convicción que nunca reafirmamos nuestro camino. La violencia no nos detendrá”.
Marcelo Catrillanca, quien iba en la caravana cuando ocurrieron los hechos, se refirió a lo sucedido: “no puedo comentar lo que ocurrió en el camino, pero quiero saludar a la ministra porque creo que hay buena intención en el gobierno y eso lo valoramos. Lo que haya pasado en el trayecto, eso lo debemos resolver dentro de la comunidad y lo vamos a conversar”.
Además, calificó la visita de Siches de “muy improvisada, no podemos decir que esto se hizo con tiempo”.
Alrededor de las 14 horas (local) Siches dio una rueda de prensa en Temuco, capital regional, donde aseguró que no se dejaría amedrentar y que volvería al territorio todas las veces que fuera necesario.
“Nuestra respuesta será integral y el gobierno no va a retroceder en el plan. Seguiremos con todo nuestro itinerario, buscando el diálogo y el rencuentro. Entendemos que lo que ocurre acá es violencia, pero también es falta de Estado”, aseveró.
La gira de la titular del Interior, acompañada de otros cinco ministros en el segundo día hábil del nuevo gobierno, se planteó como una fuerte y concreta señal de la disposición de Boric de tratar el conflicto mapuche sobre la base de un diálogo sin exclusiones. De hecho, pese a lo sucedido, el gobierno ratificó su decisión de poner fin al estado de excepción y retirar la presencia militar en la zona.
El viernes, en su discurso de inauguración, Boric se refirió en los siguientes términos: “trabajaremos incansablemente para reconstruir las confianzas después de tantas décadas de abuso y despojo. El reconocimiento a existir de un pueblo, con todo lo que eso implica, será nuestro objetivo y el camino será el diálogo, la paz, el derecho y la empatía con todas las víctimas. Cultivemos la reciprocidad, no nos veamos como enemigos, tenemos que volver a encontrarnos”.
En el sur de Chile, en el Wallmapu mapuche, en una extensión de unos 72 mil kilómetros cuadrados, tiene lugar desde hace 20 años un cada vez más violento movimiento indigenista por la recuperación de sus tierras ancestrales y la obtención de autonomía, que va dejando decenas de muertos, tanto mapuches como otroschilenos.
La mayor parte de esas tierras, unos 4 millones de hectáreas, están en posesión de duopolios forestales que arrancaron los bosques nativos y los remplazaron por plantaciones exóticas de pino y eucaliptos.