Maestro normalista, médico e historiador, César Navarro Gallegos falleció este domingo en la Ciudad de México a los 71 años, luego de una larga enfermedad. Investigadores, académicos, maestros y ex alumnos lamentaron su deceso y lo recordaron como un “eterno rebelde, un luchador, el compañero de mil batallas”.
Comunista y firme defensor de las causas sociales, “nunca dudo en definir con claridad de qué lado quería estar: con el pueblo, con los campesinos, con los maestros y con todos los que luchaban por una sociedad más justa”, afirmaron.
Doctor en Historia por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde también cursó su maestría, médico egresado de la Facultad de Medicina de la Universidad Juárez del Estado de Durango, su entidad natal, y profesor normalista por la Escuela Normal Rural de San Marcos, Zacatecas, Navarro Gallegos se formó políticamente en el Partido Popular Socialista (PPS) radical de los años 60, junto a Alejandro Gascón Mercado y el líder campesino Álvaro Ríos Ramírez.
Profesor-investigador de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) y del Instituto José María Luis Mora, desde muy joven, recordó su hijo e historiador Pavel Navarro, acompañó las invasiones de tierras en defensa de los campesinos.
Militó en el PPS hasta que “empezó a torcerse” por el fraude electoral en Nayarit y luego pasó al Partido Socialista Unificado de México (PSUM), su última etapa partidista, aunque “siempre encontró causas a las cuales apoyar: movimientos de trabajadores, magisteriales, el zapatismo y de solidaridad con Cuba”.
Tras recibir en 2018 la Presea al Mérito Espíritu de San Marcos, José Santos Valdés, recordó que su madre, maestra cardenista, le informó al concluir la primaria que iba a ir a la normal rural. “Llegue a los 11 años. Era un internado. Una escuela para pobres, influidos por el socialismo. Con una gran formación política, fue mi casa durante seis años”.
Tatiana Coll, compañera de Navarro Gallegos por varias décadas e investigadora de la UPN, recordó que desde sus años de estudiante de medicina inició una larga trayectoria de lucha, que lo llevó a acompañar a campesinos, trabajadores y maestros, pero también a los pueblos de El Salvador y Cuba. “Durante muchos años impulsamos la Promotora Va por Cuba y estuvimos presentes en muchos momentos importantes en la isla”.
Coautores en las obras La mala educación en tiempos de la derecha: Política y proyectos educativos del gobierno de Vicente Fox y El secuestro de la educación. El sexenio educativo de Elba Esther Gordillo y Felipe Calderón, entre otros, Coll apuntó que “algo que lo caracterizó fue una inteligencia clara, muy aguda, lúcido.
“Tenía una capacidad enorme de mirar estratégicamente los procesos, lo que nos llevó a ir incorporándonos a las huelgas en la UPN y avanzar en el trabajo conjunto con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación y con los maestros del país, pero un tema muy entrañable para él, y que lo motivaba mucho, fueron las normales rurales”.
La investigadora Tanalís Padilla, experta en el estudio del normalismo, recordó que “tenía mucha claridad sobre su importancia. Decía que no se podía entender los movimientos campesinos del siglo XX en México sin conocer el papel que tuvieron los egresados de las escuelas normales rurales. Tenía una comprensión casi orgánica de ellas y del proyecto cardenista”.
Francisco Bravo, ex dirigente del magisterio disidente en la Ciudad de México, afirmó que en los momentos más difíciles de la lucha magisterial, “puso su pluma al servicio de la verdad, sin importar la represión. Nunca dudó en manifestar públicamente de qué lado estaba. Su partida nos deja un enorme vacío, pero también una gran enseñanza de congruencia y valor”.