El Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) se perfila a ser inaugurado el próximo marzo, pero será hasta la segunda mitad de 2023 cuando entre en operaciones el que será el medio de acceso concluyente para que aumente la demanda de vuelos en uno de los proyectos prioritarios para la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador: el ramal del Tren Suburbano de Lechería a Santa Lucía.
Con un recorrido de entre 39 y 40 minutos desde Buenavista, la extensión del suburbano implica un trayecto en la mitad de tiempo frente a cualquiera de las opciones vehiculares hasta ahora disponibles. Sin ella, Santa Lucía sigue en desventaja con el Aeropuerto Internacional Benito Juárez; el cual –aun saturado– está en medio de la Ciudad de México, tiene diversos accesos, además de que aerolíneas, como Aeroméxico, han rehusado extender sus operaciones más allá de él.
En entrevista con La Jornada, Manuel Eduardo Gómez Parra, director general de Desarrollo Ferroviario y Multimodal de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, detalló que el ramal del Tren Suburbano consta de seis estaciones intermedias que se distribuirán entre Lechería y el edificio terminal del AIFA. No obstante, al igual que en el Tren Interurbano México-Toluca, los problemas sociales han significado tropiezos iniciales para su construcción.
“La construcción ya empezó. Sin embargo, a pesar de que estamos trabajando en su mayoría sobre el derecho de vía, hemos tenido muchos temas sociales. Hay pseudoabogados ajenos a las comunidades, pero engañan a la gente para tener algún tipo de provecho y nos han limitado un poco los espacios de trabajo”. El problema es que “no hay manera que se pague por un terreno que es del gobierno”, detalló.
Explicó que por el momento se tienen dos conflictos. Uno en San Pablo de las Salinas y otro en la colonia 10 de Junio, donde incluso se invadió el terreno federal. “En ningún caso estamos afectando ningún metro adicional (…) todo el derecho de vía está liberado” porque el ramal corre sobre la vía de carga. No obstante, como se construye una barda perimetral para confinar el paso del tren suburbano, las comunidades exigen que realicen obras de conectividad.
Gómez Parra detalló que en marzo se lanzará la licitación para construir, a lo largo de los 23 kilómetros que corre el ramal Lechería-Santa Lucía, nueve pasos vehiculares, los cuales contarán también con carriles peatonales y para ciclistas. Adicionales a ellos se deben entregar 10 puentes exclusivos para peatones. El funcionario consideró que si bien el “objetivo inicial” del proyecto es atender la conectividad al aeropuerto, “toda esta zona va a beneficiarse con el ferrocarril (...) una de sus bondades es que va a permitir que esa comunidad se desarrolle con un transporte masivo de esa calidad”.
No obstante, más allá de los problemas sociales, la complejidad del ramal Lechería-Santa Lucía está en reordenar todo el paso de carga, al grado de que 23 kilómetros implican un trabajo de traslape de 100. Entre ellos, la construcción que inició hoy de un patio de maniobras de 12 kilómetros para dar salida a los vagones que vienen de Veracruz.
“La construcción de esta obra va a ser muy complicada porque vamos a trabajar en vías en operación. No podemos parar el servicio del tren de carga. Eso nos va obligar a trabajar en tramos pequeños y reubicar el tren de carga primero, con todos sus sistemas de telecomunicaciones y señalización”, detalló Parra.
Con un presupuesto de 25 mil millones de pesos, el ramal del Tren Suburbano de Lechería a Santa Lucía parte de un acuerdo con el concesionario para concluir la obra en la segunda mitad de 2023. Ferrocarriles Suburbanos pondrá 15 mil millones de pesos y el gobierno federal lo equivalente a 10 mil millones a través de vagones y obra civil alrededor del tren.
Gómez Parra detalló que también hay posibilidad de que Santa Lucía se conecte con el centro del país. Como parte de los proyectos de inversión en infraestructura suspendidos desde hace un año estaba el tren México-Querétaro, el cual se conectaría con el Suburbano. “No había habido un privado que haya dicho ‘yo voy a invertir en los estudios de factibilidad’. Ya hay uno que levantó la mano, ya revisamos las propuestas, estamos por autorizar su inversión y a su propio riesgo”, adelantó.