Ciudad de México. El actual conflicto en el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) “se puede resolver con voluntad y disposición al diálogo”, siempre y cuando no se mezcle la política con la educación y no se estigmatice a dicho colegio como “elitista y neoliberal”.
Así lo afirmó Roberto Gutiérrez Rodríguez, jefe del departamento de Economía de la Universidad Autónoma Metropolitana, plantel Iztapalapa (UAM-I), quien advirtió que si no hay una pronta resolución del diferendo, el CIDE podría sufrir una merma en su prestigio y su nivel académico.
“Los egresados de las primeras generaciones del CIDE vemos lo que pasa con una profunda preocupación y frustración por no poder hacer nada, pero creemos que se puede resolver con un poco de voluntad y disposición de las partes al diálogo”, externó el académico en entrevista con La Jornada.
Sin embargo, para que ello sea posible es necesario que el trabajo de este centro educativo no sea estigmatizado “como un lugar de ‘conocimiento de élite’, cuando en realidad es una institución pequeña porque no tiene cupo para más estudiantes, debido a que tiene un presupuesto limitado”.
El académico enfatizó que, aunque se habla del CIDE como una institución elitista, en realidad “hace investigación social de gran relevancia sobre pobreza, desigualdad social, movilidad social, sistemas políticos, migración, economía internacional, desarrollo económico, estructuras de poder y gobernanza”.
De igual forma, Gutiérrez llamó a que se deje de lado el discurso público de algunas autoridades de que el CIDE es un organismo de corte “neoliberal”, pues de lo contrario se continúa con “una visión reduccionista que pone en un casillero a la institución. Al acusarla de ‘neoliberal’, se creó un círculo vicioso de desacuerdos que con el tiempo fue creciendo y alejando más a las partes”.
Un elemento más que forma parte del contexto difícil que hoy vive el colegio, consideró, es que “empezó a tener problemas presupuestales, perdió el dinero de los fideicomisos y algunos profesores de alto nivel empezaron a abandonar la institución, lo cual demuestra que el capital humano acumulado a lo largo de muchos años se estaba perdiendo”.
El investigador enfatizó: “nos preocuparía muchísimo que en el CIDE se mezcle la política con la educación de excelencia, porque en estos momentos difíciles por la pandemia, tenemos que rescatar nuestra capacidad para evitar que el CIDE se debilite.
“Algo que parecía poderse solucionar en su momento, no se hizo. El conflicto puede crecer aun más y eso sí que sería complicado en un momento donde lo que más se necesita es que México tenga cohesión en sus instituciones educativas”.