Ciudad de México. Para que México llegue a la meta de deforestación cero en 2030, planteada a nivel internacional y en sus objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), se requiere más que el programa Sembrando Vida (SV); se debe atacar la deforestación anual de casi 213 mil hectáreas en promedio que había hasta 2019, restaurar ecosistemas, reforestar e impulsar el aprovechamiento sostenible de bosques y selvas, indicaron varias organizaciones.
Para esto debe recuperarse el presupuesto del sector ambiental y fortalecer sus instituciones, dijeron. Simplemente, los recursos fiscales en la Comisión Nacional Forestal, organismo encargado de las selvas y bosques del país –cuya extensión en el país es de alrededor de 64 millones de hectáreas–, han ido a la baja: este año dispuso de 2 mil 351 millones de pesos (2 mil millones menos que en 2018). En contraste, SV contó con 29 mil 446 millones de pesos, cifra que ha ido en ascenso desde 2019 cuando empezó con 13 mil 500 millones de pesos, indican datos oficiales.
Sumado a ello, SV por sí solo, en 2030, tendría capacidad de mitigar 8 del 20 por ciento de las emisiones GEI del sector Uso de Suelo, Cambio de Uso de Suelo y Silvicultura (USCUSS), que se plantea en las Contribuciones Nacionales Determinadas (NDC, por sus siglas en inglés) y que el gobierno mexicano presentó en el contexto del Acuerdo de París para reducir emisiones que ocasionan el cambio climático, indicó World Resources Institute (WRI) México.
Esto se logrará siempre y cuando sobrevivan los árboles plantados y se mantengan durante más de 30 años, precisó. La capacidad de mitigación de esta superficie se espera para 2030 que sea de entre 12 y 25 millones de toneladas de carbono, aunque los beneficios se verán entre el tercero y el noveno año a partir de la fecha en que arrancó el programa, agregó la organización.
El programa tiene como objetivo prioritario “contribuir al bienestar social mediante ingresos suficientes, impulsar la autosuficiencia alimentaria, la reconstrucción del tejido social y generar la inclusión productiva de los campesinos en localidades rurales para hacer productiva la tierra”, indican sus reglas de operación. En una superficie de un millón de hectáreas, considera el establecimiento de sistemas productivos agroforestales –en alrededor de 600 mil hectáreas– y milpa intercalada entre árboles frutales.
“Con SV no se frenará la deforestación ni degradación de bosques, ya que no impacta directamente en las causas de estos problemas”, indicó Danae Azuara, de Iniciativa Climática de México. Coincidió en que se requieren programas complementarios para llegar a la meta de deforestación cero.