Muy satisfecho con los pobres resultados del Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR), en julio de 2021 el hoy ex presidente de la Consar, Abraham Vela Dib, se había autoadjudicado la función de dictaminador último de sus “grandes” éxitos, mientras la propia comisión aún a su cargo comunicaba que los retiros por desem-pleo (periodo mayo 2020-mayo 2021) alcanzaban 23 mil 529 millones de pesos.
Compárese con el apoyo federal para las personas con discapacidad –un millón de niñas y niños– que suma casi 37 mil millones de pesos durante los años 2019-2021, o con los 20 mil millones de pesos que las aseguradoras reconocen haber desembolsado –agosto 2021– por indemnizaciones Covid-19 en gastos médicos mayores.
A pesar del abismo que privaba entre sus alegres dichos y los contundentes hechos, Vela presumía que el tibio ajuste pensionario al Apartado A materializado en el decreto AMLO-Noriega Curtis del 16/12/20 representaba la “reforma” 4T más importante y que “muy pronto” se habría logrado erradicar la pobreza de los adultos mayores” ( Reforma, julio/21).
También reconocía que desde que se aprobó la fracasada reforma Zedillo al IMSS de 1995-97 “ya se sabía” que sin importar qué tan bien fueran administrados los ahorros de los trabajadores ni cuán buenos pudieran ser los rendimientos que las Afore obtuvieran por cuenta del trabajador, las pensiones que iban a obtener los nuevos cotizantes del IMSS iban a ser “muy bajas”.
“Ya se sabía” y, sin embargo, ¡no se hizo nada durante 23 años! Pero para Vela, con el tibio ajuste del mencionado decreto “el trabajador puede aspirar a una mejor pensión”. Efectivamente: sólo “aspirar”. Porque ese decreto es más de lo mismo. Sólo que más caro y sin garantía alguna de mejora efectiva en el saldo pensionario final. únicamente patea el bote. Sin embargo para nuestro celoso comisario de la “verdad” pensionaria era una “gran noticia” para las generaciones futuras.
¿Cómo puede serlo cuando él mismo señalaba que hoy en día 60 por ciento de la población económicamente activa “se gana la vida” en la informalidad? Y nos referimos, precisaba, a “por lo menos” 30 millones de mexicanos. “Como es sabido”, agregaba, si bien una “escasa minoría” logra obtener ingresos relativamente altos, la enorme mayoría de los trabajadores informales, al igual que los trabajadores independientes, “no” tienen acceso a los beneficios de la seguridad social en materia de salud, vivienda y pensiones. Entonces: ¿dónde quedaba su “gran noticia”?
El optimismo del comisario Vela Dib era, además, inquietante. A pesar de los pobres resultados de los 24 años del SAR, más el sombrío panorama para los jóvenes al sólo patear el bote vía el mencionado decreto, Vela no reparaba en amenazar extender esos malos resultados a los trabajadores del Apartado B. Decía: otro reto del SAR es el “fortalecimiento” de las pensiones de los servidores públicos que cotizan al Issste. Si ese “fortalecimiento” será como el que sucedió en el caso del Apartado A, ya podemos imaginarnos una salida similar, pateando el bote, pero en éste caso recurriendo al bolsillo de los trabajadores incrementando su ahorro “solidario”.
Acompañando al relevado comisario Vela, Mari Nieves Lanzagorta, vicepresidenta de Vinculación de la Amafore, celebraba como uno de los principales logros de esos 24 años el que, los 69 millones de cuentas Afore (muchísimas de ellas inactivas) que manejan casi 5 billones de pesos integren portafolios de inversión con criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ASG): las empresas ya no podemos ser “irresponsables” al cumplir esos criterios y las inversiones no pueden “dañar” el medioambiente o no cumplir con criterios de equidad”. ¿De veras?
El 29 de mayo 2020 ( La Jornada), Iván Pliego, entonces todavía vocal ejecutivo de Pensionissste, reconocía que la inversión de 2 mil 500 millones de pesos aplicada al Nuevo Aereopuerto de la Ciudad de México-Texcoco se “recuperó” con incremento de 25 por ciento luego de que el gobierno federal hiciera una “recompra” de bonos a tenedores de acciones del proyecto aeroportuario. Pero también invirtieron en ese proyecto las Afore XX1-Banorte, Inbursa y Profuturo, sumando todas con Pensionissste 13 mil 500 millones de pesos del SAR ( El Economista, 29/10/18). Dígase lo mismo de la inversión de Pensionissste por 20 millones de dólares en la endeudada empresa ICA, con el vocal ejecutivo José María de la Torre Verea durante la Consar a cargo de Carlos Ramírez Fuentes, hoy en la consultora Integralia, de Luis Carlos Ugalde ( Forbes, 12/3/18). ¿24 años de “logros”, como presume Lanzagorta?
Sergio Méndez, director general de BlackRock México, confiesa que “me ha tocado estar 20 años involucrado en el SAR y es un sistema que ha ido evolucionando en los últimos años hacia el lado positivo” ( Reforma, julio/21). ¿Será que en los años anteriores “evolucionaba” hacia el lado negativo? 24 años del SAR: vaya manera de celebrar y de, finalmente, relevar al optimista comisario Vela Dib, aunque el daño esté hecho!
¡Josexto: feliz viaje!
* Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco