Estocolmo. Las apuestas sobre quiénes serán inmortalizados con los prestigiosos Premios Nobel este año están abiertas, en una edición marcada nuevamente por la pandemia del coronavirus.
Los galardones de Medicina, Física, Química, Literatura y Paz, creados por el inventor sueco Alfred Nobel hace 120 años, así como el de Economía –más reciente– serán anunciados en Estocolmo, Suecia, y Oslo, Noruega, la próxima semana.
Su objetivo: laurear a “bienhechores de la humanidad”.
El premio de Literatura, cuyo anuncio será el 7 de octubre, también está especialmente abierto, y algunos predicen un ganador no occidental. A excepción del ganador británico de 2017, Kazuo Ishiguro, quien nació en Japón, todos los distinguidos de los nueve años recientes han sido europeos o estadunidenses, desde Bob Dylan a Peter Handke o la poeta condecorada el año pasado, Louise Glück.
“Creo que quieren descubrir a un genio de un lugar que ha sido marginado hasta ahora. Lo podríamos llamar colonialismo positivo”, manifestó Jonas Thente, crítico literario del diario sueco Dagens Nyheter, refiriéndose a la nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie.
Otros autores que han sido mencionados son el surcoreano Ko Un, el keniano Ngugi wa Thiong’o y el chino Can Xue, además de algunos recién llegados como el indio Vikram Seth, el mozambiqueño de habla portuguesa Mia Couto y el opositor al régimen de su natal China, Liao Yiwu.
En una época que cuestiona el poscolonialismo, también se menciona a la caribeña estadunidense Jamaïca Kincaid y a la francesa de la isla de Guadalupe Maryse Condé.
El japonés Haruki Murakami, siempre citado y nunca premiado, ¿seguirá los pasos del estadunidense Philip Roth, que murió sin premio Nobel?
En Europa, la rusa Ludmila Ulitskaya, el húngaro Peter Nadas, el francés Michel Houellebecq y el albanés Ismaël Kadaré vuelven a figurar en las listas de favoritos, al igual que las canadienses Anne Carson y Margaret Atwood y las estadounidenses Joyce Carol Oates y Joan Didion.
Al igual que el año pasado, debido al Covid, los ganadores recibirán sus premios en su país de residencia, salvo para el galardón de la Paz, para el cual hay todavía una pequeña posibilidad de que sea entregado en mano propia en Oslo.