En el salón Iberoamericano de la Secretaría de Educación Pública (SEP), segunda sede de la magna exposición La Grandeza de México, se exhiben más de 800 piezas prehispánicas repatriadas durante los pasados tres años desde naciones como Estados Unidos, Italia, Francia, Alemania y Países Bajos.
El visitante puede apreciar más de 250 puntas de flechas hechas en pedernal; la Estela de la Mar número 3; una pila bautismal del siglo XVIII en cobre policromado; una serie de 20 pinturas religiosas llamadas exvotos; un sahumador de la cultura acolhua; una lápida tolteca; decenas de figurillas que representan la vida cotidiana; un pequeño pectoral en forma de mano, así como un cráneo de la cultura huasteca, ambos de concha tallada. Todo el conjunto suma 879 piezas arqueológicas e históricas recuperadas desde los países mencionados.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en esta segunda sede se han reunido mil 145 piezas, de las cuales 264 son nacionales, el resto son tesoros patrimoniales devueltos al pueblo de México y hay dos préstamos de obra artística por parte del museo de la SEP.
En ese recinto se pretende ofrecer una visión regional del país que abarca el sureste, el área maya, el altiplano y el norte de México, explicó el arqueólogo Miguel Ángel Trinidad Meléndez durante el recorrido que este viernes se ofreció a la prensa.
Para ello, se acondicionó el pasillo central del Salón Iberoamericano, donde se han colocado en vitrinas las piezas repatriadas, y a los costados del mismo los demás objetos.
“Más de 80 por ciento de ese acervo está en exhibición por primera vez”, comentó el especialista. Hay lotes de piezas que han sido devueltas, añadió el arqueólogo, “que contienen numerosas pero pequeñas piezas, de ahí que se incremente el número de objetos repatriados. Sin embargo, ello habla del gran interés de la cultura prehispánica e histórica mexicana allende las fronteras. Por ejemplo, se pueden apreciar en su conjunto las más de 250 puntas de flechas hechas en pedernal repatriadas tras un decomiso desde El Paso, Texas”.
En esta segunda sede destaca entre las piezas de gran tamaño, la estela maya conocida como De la Mar número 3, que se encontraba en Estados Unidos desde 1961 y que fue adquirida por un particular en 1981, quien la prestó al Museo de Arte del Condado de Los Ángeles, y hasta hace poco fue repatriada por entrega voluntaria.
“Después de casi 60 años, la Estela 3 regresó a México”, es una pieza que permite conocer parte de la historia política maya y admirar al mismo tiempo su dominio artístico.
Para esta exposición fue reunida con la Estela 1, que forma parte del Museo Regional de Chiapas, y con la Estela 2, del Museo Nacional de Antropología, repatriada en 2019, para apreciar el conjunto completo.
Otra pieza es una urna en cerámica, con la representación del dios jaguar del inframundo, también maya, cuya procedencia es la cueva Laguna Sival, de Ocosingo, Chiapas. Se pactó la repatriación voluntaria desde Albion College de Michigan, Estados Unidos.
La pila bautismal del siglo XVIII de cobre policromado fue recuperada en Tucson, Arizona, mediante un trato de entrega voluntaria. “Su regreso a México se acordó por medio de la colaboración entre el INAH y la Sociedad Histórica de Arizona”.
La serie de exvotos “son testimonio de la vida íntima, la fe, las creencias y costumbres de los mexicanos, quienes pintan y narran con sus propias palabras sus vicisitudes. En este caso, se exhibe una muestra de las casi 600 piezas que fueron reincorporadas al patrimonio de México en 2019, gracias a los acuerdos binacionales entre México e Italia”.
Otras piezas que retornaron al país son un pectoral en forma de mano, en concha tallada, un punzón de hueso tallado, un cráneo también en concha tallada y una punta de lanza, en piedra tallada, todas ellas bienes de la cultura huasteca, que fueron traídos desde los Países Bajos por entrega voluntaria.
Facsímil del Vaticano
En el salón Iberoamericano de la SEP, se encuentra en exhibición el facsimilar donado por el papa Francisco, conocido como Códice Vaticano A o Códice Ríos, el cual se considera calca de varios documentos prehispánicos.
Está formado por cuatro secciones, continuó el arqueólogo Trinidad Meléndez. La primera es de contenido mítico. Describe la estructura del cosmos y da información sobre el destino de los muertos, la destrucción de las eras cósmicas y la historia de Quetzalcóatl-Topiltzin, señor de Tula. La segunda, de índole calendárico-ritual, comprende la cuenta de 200 días o tonalpohualli y la de 365 días o xiuhpohualli. La tercera está dedicada a las costumbres de los pueblos indígenas, por último, la cuarta sección es un registro histórico a manera de anales que comprende los años 1194-1562.
En este documento, detalló el especialista, registra una historia genealógica de los señores tenochcas y tlatelolcas, y algunos acontecimientos sobresalientes acaecidos en México-Tenochtitlan, entre ellos, la llegada de Hernán Cortés a la ciudad prehispánica.
Dicho facsimilar se encuentra en formato digital, por lo que el visitante puede conocer cada una de sus páginas.
La compilación se atribuye a Pedro de los Ríos, fraile dominico que vivió en el siglo XVI. El documento original se encuentra resguardado en la Biblioteca Apostólica Vaticana bajo la asignatura 3738 Indorum cultus, idolatría et mores (Culto, idolatría y costumbres de los indios).
Las repatriaciones se complementan con otras piezas de las colecciones del INAH, entre ellas, una máscara funeraria; pectoral y peto de la cultura maya, procedente de Calakmul, Campeche; un par de “impresionantes petrograbados”, provenientes del desierto de Coahuila, que datan entre 10 mil años (antes de nuestra era) y mil 600 (después de nuestra era).
Así como una ofrenda y un sahumador de la cultura acolhua, y un fragmento de una lápida tolteca, del 900-1200 (después de nuestra era), una almena que forma parte del Templo Mayor, en particular que forma parte del Calmecac.
La Grandeza de México, en el salón Iberoamericano incluye una plataforma interactiva en la que se aprecian de manera digital todos los murales de la sede de la SEP, así como una serie de fotografías de personajes que están plasmados en esas obras monumentales.
Cada vitrina o pieza de la exposición está acompañada con una ficha técnica que describe a qué acervo o colección pertenece.
Las piezas repatriadas tienen una pequeña imagen de la República Mexicana y la palabra “repatriada”, para distinguirla.
La Grandeza de México se puede visitar de martes a domingo, de 10 a 16 horas, entrada por la calle González Obregón 20, Centro Histórico. Concluye en abril.