Ciudad de México. La discusión sobre el futuro de la Organización de Estados Americanos (OEA) en el seno de la única institución regional en donde no participan Estados Unidos y Canadá, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) apenas comenzó este sábado durante la VI Cumbre que se realizó en el Palacio Nacional de la Ciudad de México.
Entre los 33 países que asistieron –16 a nivel de presidentes o primeros ministros– solo un mandatario, Luis Lacalle, de Uruguay, defendió a la OEA y aseguró que participar en este espacio, que cumple este año su primera década de vida, “no hace caer en desuso” la participación de los mismos Estados en la institución interamericana, que tiene 73 años de creada.
En contraparte, los presidentes de Venezuela (que se salió del organismo en 2017), Cuba (que fue “suspendida” en plena guerra fría en 1962) y Bolivia (que en 2019 sufrió un golpe de Estado incentivado desde la secretaría general) aludieron a las acciones de la OEA que hicieron que con los años perdiera legitimidad.
Fue también Lacalle, compatriota del criticado secretario general de la OEA Luis Almagro, quien metió en la sesión solemne su crítica al gobierno de Cuba, a quien señaló de usar la fuerza contra opositores, encarcelar a disidentes, violar los derechos humanos y no respetar el equilibrio de poderes.
Fuera del orden establecido para la toma de palabra de cada invitado, el presidente cubano Miguel Díaz Canel y el propio Lacalle pidieron intervenir “para precisiones”. El cubano afirmó que la alusión del uruguayo a su país “denota su desconocimiento de la realidad” y agregó, sin mencionar específicamente las manifestaciones de junio, las campañas contra su gobierno alentadas por la inyección de dinero de Estados Unidos.
Señaló que Lacalle no mencionó que en su país mas de 700 mil ciudadanos se manifestaron en contra de un reciente “paquetazo neoliberal” que, entre otras cosas, elevó de golpe los precios de los combustibles. Y recordó que ha sido desde la OEA donde se han aprobado y operado medidas de hostigamiento y aislamiento contra la isla.
Invitó, por último, a Lacalle, a discutir el tema “frente a frente”.
El de la OEA, sin embargo, no fue tema central del encuentro, aunque, como señaló al final el canciller mexicano Marcelo Ebrard, en un pronunciamiento ante la prensa, queda como tarea pendiente la elaboración de un documento que presente las alternativas sobre el futuro de la organización.
El presidente de Bolivia Luis Arce fue quien habló de la pérdida de legitimidad de la institución interamericana, que tiene sede en Washington, y recordó que la CELAC fue creada en 2010 precisamente en ese escenario generado por varios factores, entre otros la injerencia de Estados Unidos, a través de la OEA, en las democracias interamericanas.
Hoy, añadió, “es claro que la situación no ha cambiado; la OEA en vez de actuar bajo los mandatos de la Carta Democrática, actúa en contra”, no soluciona controversias sino que las genera. “Es un organismo obsoleto e ineficaz que no responde a las necesidades de nuestros Estados ni a los principios del multilateralismo”.
Finalmente, el presidente de Venezuela Nicolás Maduro –quien no había confirmado su asistencia pero llegó anoche a México “intempestivamente”, como el mismo dijo–resumió su visión de la cuestión: “Hay una contradicción fundamental entre la OEA y la CELAC. Es la misma contradicción que existe entre el monroeismo y el bolivarismo”. Y recomendó que “se evalúe con la cabeza fría” el papel que actualmente está jugando en la institución su secretario general.