Las declaraciones del papa Francisco en contra del aborto, no necesariamente reflejan su opinión personal, sino que parecen motivadas por su necesidad de no confrontarse con la jerarquía eclesiástica más conservadora, y menos de cara a su próxima visita a México.
Así lo indicó Elio Masferrer Kan, experto en temas religiosos, quien estimó que las movilizaciones de algunos sectores católicos y evangélicos contra la despenalización de la interrupción del embarazo no tendrán mucho eco, pues se inscriben en un contexto en el cual estos y otros cultos han perdido muchos adeptos e influencia pública.
En entrevista con La Jornada, el presidente de la Asociación Latinoamericana para el Estudio de las Religiones recordó que el jefe de la Iglesia católica ha hablado, en otra coyuntura, de la necesidad de tener misericordia, perdón y reconciliación con las mujeres que han abortado, pero después tienen otros hijos. Ante la reacción de sectores más conservadores en el seno del catolicismo, “el Papa ahora sale con el dedo flamígero a condenar el aborto, porque tampoco se puede pelear con esos grupos, pero en realidad ha venido diciendo cosas muy ambiguas sobre el asunto. Ante el tumulto, tuvo que pronunciarse y no pelear con grupos que quieren deslegitimarlo”, consideró.
Menos feligreses
Luego de enfatizar la imposibilidad de que el presidente Andrés Manuel López Obrador le “llame la atención” a los ministros de la Suprema Corte por despenalizar el aborto, como se lo exige un grupo de 32 iglesias evangélicas, Masferrer descartó que las manifestaciones de protesta contra la interrupción legal del embarazo reúnan fuerza.
“No creo que lleguen muy lejos, porque detectamos una disminución en la cantidad de gente que asiste a los servicios religiosos, y eso afecta no sólo a los católicos, sino a todos”, debido en gran parte a las medidas de distanciamiento social y confinamiento que ha generado la pandemia, pero también por la pérdida progresiva de fieles.