Si a lo largo de sus 73 años de existencia algo ha acumulado la Organización de Estados Americanos (OEA) es un cúmulo de negras “medallas” al mérito golpista y, en su condición de perrito faldero del imperio, muchas croquetas de Estados Unidos: desde el golpe de Estado en Guatemala, en 1954, contra el gobierno democrático de Jacobo Árbenz, hasta el más reciente en Bolivia, en 2019, contra el gobierno popular de Evo Morales. Todas las dictaduras latinoamericanas, que no han sido pocas, han sido avaladas por ella, siempre al servicio de las directrices e intereses estadunidenses.
A lo largo de su historia, la OEA ha justificado todo tipo de desestabilizaciones, intervenciones y golpes de Estado promovidos por los gobiernos estadunidenses y avalado las feroces dictaduras de ellos emanadas en cuando menos Guatemala, Brasil, Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay, Bolivia, República Dominicana, Haití, Granada y Venezuela, sin olvidar el sucio papel que jugó en el caso de Cuba y en el de la Nicaragua sandinista.
Larga cuan vil tradición de apoyo al golpismo e intervencionismo estadunidense tiene la OEA (ahora con el impresentable Luis Almagro como cabeza visible del organismo), por lo que es tiempo de reivindicar a Latinoamérica. De este nefasto personaje el gobierno mexicano ha denunciado su oscuro historial al frente de la entidad (“uno de los peores en la historia”, amén de señalarlo por “prácticamente facilitar” el reciente golpe en Bolivia y su descarado apoyo a los usurpadores).
En este contexto hoy, en Palacio Nacional, se inaugura la sexta Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños(Celac), cuya presidencia pro tempore corresponde a México. En ella participarán 31 naciones y al menos 15 jefes de Estado y de gobierno, entre los que no se cuentan Jair Bolsonaro, de Brasil; Sebastián Piñera, de Chile, e Iván Duque, de Colombia, todos ellos herederos de los golpistas de sus respectivas naciones, defensores a ultranza de la OEA y de quienes nada puede esperarse, salvo el aval al intervencionismo estadunidense y la tajante negativa de construir un nuevo organismo que realmente represente y vele por los intereses de los latinoamericanos y caribeños.
El presidente López Obrador ha subrayado que “no hay que descartar la sustitución de la Organización de Estados Americanos por un organismo autónomo, no lacayo de nadie”, siempre con el ánimo de “mantener vivo el espíritu de Simón Bolívar y construir en el continente americano un proyecto económico semejante a lo que es la Unión Europea, pero apegado a nuestra historia e identidades, un organismo que sea mediador en conflictos en las naciones sobre asuntos de derechos humanos y de democracia, pero a petición y aceptación de las partes”.
Por ello, en la agenda de la citada cumbre está el tema de “la reforma a fondo” de la OEA o “la creación de un nuevo organismo que la sustituya”, como lo explica la cancillería mexicana, toda vez que ese organismo, supuestamente representante de los Estados americanos, sólo ha servido a los intereses estadunidenses en detrimento de los demás países del continente.
Ayer, el subsecretario para América Latina y el Caribe de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Maximiliano Reyes, dijo que “ya hay acuerdo de todos los países asistentes en que la OEA no ayuda, sino que divide y enfrenta, por lo que se necesita un organismo más útil y a la altura de los tiempos y necesidades del continente”. Por ello, “se prevé la presentación de la hoja de ruta y el establecimiento de un grupo de trabajo rumbo a la transformación de la Organización de Estados Americanos” ( La Jornada, Angélica Enciso).
En la Cumbre, también, se conocerá el resultado de dos iniciativas presentadas por el gobierno mexicano: la creación de la Agencia Latinoamericana del Espacio y la creación de un fondo de desastres para combatir los impactos del cambio climático en la región, amén de que se abordará la reactivación económica y social de la región, así como la integración latinoamericana y caribeña.
Las rebanadas del pastel
Mañana, y no en esta fecha, como apareció en el México SA del viernes, se festeja el cumpleaños número 37 de la más bella del periodismo mexicano. El puente patrio embrolló el calendario de este tecleador y de ahí la confusión, pero lo cierto es que todos los días, sin pretexto, son excelentes para aplaudir a nuestro diario. Entonces, ayer, hoy, siempre, ¡salud! y larga vida a La Jornada.